Hace 54 años, cuando era alcalde Mayor de Bogotá, Jorge Gaitán Cortés expidió el acuerdo donde ordena construir la hoy inconclusa Avenida Longitudinal de Occidente (ALO) y que en el año 2050 pasaría por una zona muy céntrica de la ciudad y la región.

Y aunque la vía está planeada desde 1961 hasta esta semana se dio una luz en el túnel oscuro que han sido las obras de la (ALO) que es indispensable para la competitividad de Bogotá y su región. Durante varias décadas el principal problema era la compra de terrenos y como siempre la falta de recursos. Desde que llegó Gustavo Petro al Palacio Liévano se frenó el proyecto que estaba adelantado por el respeto a los humedales que pasan por el trayecto.

La construcción de la ALO permitirá descongestionar desde el norte de la ciudad el tráfico de la autopista norte, del anillo vial calle 170-ciudad de Cali, del anillo vial calle 127-Avenida Boyacá y del anillo vial calle 100-Av. 68. Dado que buena parte del tráfico ingresará (ALO) en el límite de Bogotá al norte y posteriormente podrá ir a las zonas de empleo subiendo hacia las calles 80, 63, 26 y 13.

Entonces, gracias a la gestión del vicepresidente Germán Vargas Lleras, el Gobernador de Cundinamarca Álvaro Cruz y luego de un recorrido por los 14 kilómetros de la ALO se reajustó el cronograma para que esta avenida esté en operación antes de finalizar este año.

El vicepresidente Vargas Lleras explicó la importancia de culminar la ALO en su conexión con Bogotá a la altura de la Calle 13. “Hemos reajustado el cronograma para entregarla en pleno funcionamiento antes de terminar este año. Nos comprometimos a que el grupo originador de la APP entrega la factibilidad en abril 30; el Instituto de Desarrollo Urbano IDU evalúa y se pronuncia el 1º de agosto y dos meses después, es decir, en octubre 1º quedaría aprobada la propuesta que viabilizaría la reactivación de las obras de pavimentación de los ocho kilómetros que faltan para que quede terminada en su primer tramo”.

El Gobernador de Cundinamarca recibió muy complacido el anuncio del Gobierno Nacional de reajustar el cronograma que permitirá pavimentar y construir los ocho kilómetros que hacen falta para conectar la ALO con la calle 13, es una excelente noticia para la región.

Los gobiernos Nacional y Departamental coincidieron en afirmar que la ALO contribuirá en la descongestión de gran parte del tráfico que hoy tiene que entrar a Soacha y destacaron que el 15 de marzo se tendría la autorización para construir los puentes de la calle 80 a la altura del río Bogotá y se contempla la construcción de dos calzadas adicionales en la ALO.

Por último, el Gobernador Cruz reiteró su solicitud al Gobierno nacional para que incluya en el Plan Nacional de Desarrollo la prolongación de la avenida La Esperanza hacia el occidente y de manera especial que se logre la aprobación mediante documento Conpes de los aportes de la Nación para avanzar en el sistema férreo ligero.

Según reveló el vicepresidente el compromiso es que el originador entregue la factibilidad el 30 de abril. Luego el IDU se pronunciará el primero de agosto, y dos meses después quedaría aprobada la propuesta para reactivar obras en la ALO.

Entonces la ALO estaría aprobada y terminada el primero de noviembre y a partir de ese momento se iniciaría la construcción de dos calzadas más y pavimentación de 8 kilómetros que faltan. Estas obras comprenden todo el tramo desde el inicio de la ALO hasta las obras complementarias en la calle 13.

Esto abre la esperanza de haber retomado un buen diálogo con el IDU y si se concreta avanza en solucionar el problema de ingreso a Bogotá. La Avenida ALO, la APP estaría aprobada y terminada el primero de noviembre y a partir de ese momento se empezaría a habilitar esta vía, se iniciaría la construcción de dos calzadas más y la pavimentación de los ocho kilómetros que faltan.

El Gobernador de Cundinamarca informó que la parte que le correspondía de la ALO ya está por terminarse y será entregada el 28 de febrero, frente al alcalde Petro y los funcionarios encargados de la Secretaría de Movilidad.

Cruz explicó que dicha vía será una alternativa cuando haya operación éxodo, puentes festivos o temporada alta donde los vehículos livianos podrán utilizarla. “Estamos optimizando vías como Chía-La Mesa-Girardot, Bogotá-Girardot, vías a Cachipay y Zipacón, la cual se utilizaría dependiendo el ingreso o salida. Con respecto a la vía Bogotá-La Mesa, esperamos tener muy pronto los estudios y diseños para un tercer carril, así que antes de terminar el primer semestre podría iniciar la obra”.

Impacto ambiental

Frente al impacto ambiental y social de la ALO podría dañar el espejo de agua donde las aves migratorias no podrán guiarse.

La elevada ocupación del espacio es la causa de la falta de espacio público para usos no relacionados con el transporte en la ciudad, y de la fragmentación de los hábitat naturales fuera de la misma. Es también la causa de las congestiones que sufren. Por ser una avenida de gran magnitud, el espacio que ocupa ésta es por la necesidad del desembotellamiento vial en la ciudad, también es una avenida intermunicipal, lo cual ayudara al tráfico pesado que entra a la ciudad y sale de ella.

En cuanto a la dispersión urbana, la gran cantidad de autovías metropolitanas que se están construyendo es la base del proceso de dispersión urbana que se viene produciendo en Colombia, y que tantos problemas ha generado de ocupación de territorio, pérdida de espacio de interés agrícola o natural.

En la contaminación acústica se puede notar que la principal fuente son los automóviles, responsables de un 80% del ruido urbano. El excesivo uso del automóvil es la principal causa de los problemas que se generan en nuestras ciudades, ruido, contaminación del aire. De construirse esta gran autopista afectaría gravemente varios ecosistemas de la ciudad, entre ellos tres humedales ubicados en las localidades de Fontibón, Engativá y Suba. Estudios de la Secretaría de Ambiente y diseños del Instituto de Desarrollo Urbano (IDU) indican que 1,3 kilómetros de los 49,3 que abarca la vía pasarían por 14,6 hectáreas de los humedales de Capellanía, La Conejera y Juan Amarillo. Así mismo, que la licencia ambiental expedida por la CAR desde tiempos de Diego Bravo, exgerente de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá, solo autorizaba la construcción hasta la calle 170. Cuando se trazó la ALO hace 50 años nadie pensaba en los humedales.

Ahora la cosa es bien distinta. El Concejo de Bogotá emitió el Acuerdo 19 de 1994 por el cual se declaran como reservas ambientales naturales los humedales del Distrito Capital y, posteriormente, en 1997 se firma la Convención sobre los Humedales de Importancia Internacional, llamada la Convención de Ramsar, que es un tratado intergubernamental que sirve de marco para la acción nacional y la cooperación internacional en pro de la conservación y el uso racional de los humedales y sus recursos.

LA ALOcomienza en Chusacá, atraviesa el municipio de Soacha, posteriormente pasa por Bosa, continúa por Kennedy, Fontibón, Engativá y Suba para finalizar en La Caro, municipio de Chía./ENS

EL VICEPRESIDENTEGermán Vargas Lleras pasó revista a las obras de la ALO y anunció que estaría lista para finales de este año.

“Esperamos entregarla en pleno funcionamiento antes de terminar este año”

La ALO podría dañar el espejo de agua donde aves migratorias no podrán guiarse