Los ministros de Relaciones Exteriores de Estados Unidos, de varios países europeos y africanos se reúnen este lunes en Viena para discutir el caos que reina en Libia debido a las divisiones políticas y a la amenaza del grupo yihadista Estado Islámico (EI).
Esta reunión se desarrolla en un momento crucial debido a que el Estado Islámico ha extendido su influencia al oeste de la ciudad de Sirte, que ya controlaban desde junio de 2015.
Coincide también con el intento del gobierno de unidad nacional surgido de las negociaciones impulsadas por la ONU de asentar su autoridad.
La cumbre, presidida por el jefe de la diplomacia italiana, Paolo Gentiloni, y por el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, reunirá a "los principales actores" regionales e internacionales con el objetivo de apoyar "el proceso de estabilización" en Libia, declaró el ministro italiano en una reciente visita a Túnez.
La semana pasada, el grupo EI logró controlar la localidad de Abu Grein, a unos 100 kilómetros al oeste de Sirte, tras un asedio contra las tropas del gobierno. Es la primera vez que los yihadistas consiguen controlar un sector al oeste de Sirte, su feudo, donde dominan varios pueblos al este.
Las luchas políticas, el vacío de poder y el caos facilitaron la implantación desde 2014 del grupo EI en Libia, lo que constituye una amenaza directa para los países vecinos y para Europa.
- Unificar las filas -
Los ministros de Relaciones Exteriores van a discutir el "apoyo internacional al nuevo gobierno y se concentrarán en los temas de seguridad", dijo el portavoz del Departamento de Estado, John Kirby.
Algunos diplomáticos y altos cargos estadounidense indicaron el jueves que Estados Unidos está dispuesto a relajar el embargo a la venta de armas impuesto por la ONU al comienzo de las revueltas contra el régimen de Muamar Gadafi en 2011, con el objetivo de ayudar a las nuevas autoridades a luchar contra el EI.
La guerra contra los yihadistas está en el centro de otra batalla: la lucha por el poder el gobierno de unidad nacional y la autoridad paralela que rige en el este del país liderada por el polémico general Jalifa Haftar.
Las dos autoridades rivales aceleran los preparativos para lanzar una primera ofensiva conjunta contra los yihadistas apostados en Sirte, aunque hay expertos que dudan de la efectividad de esta táctica.
"La carrera" por liberar Sirte es "un error (..) y no podemos aceptar esta división", dijo el presidente de la comisión de Defensa del Senado italiano, Nicola Latorre.
Para él, la reunión de Viena será la ocasión de unificar las filas en torno a una estrategia a seguir, incluso una oportunidad de sentar las bases para una acción conjunta.
"Una operación militar para liberar Sirte precisa una mayor coordinación de las fuerzas de seguridad por razones tácticas y políticas", estima por su parte Claudia Gazzini, analista en el Crisis Group.
"La carrera por Sirte aleja aún más la perspectiva de una solución de compromiso político entre los dos campos", según ella.
El EI cuenta con entre 3.000 y 5.000 combatientes en Libia y desde allí intenta captar a cientos de combatientes extranjeros, aseguran fuentes estadounidenses y francesas.
- Desafíos políticos -
Los participantes buscarán dar su apoyo al gobierno de unidad de Fayez al Sarraj, en un momento en que este ejecutivo enfrenta numerosas dificultades para asentar su autoridad, en un país consumido por las divisiones.
Desde su llegada a Trípoli a finales de marzo, el gobierno de Sarraj logró extender su autoridad en la capital y atraer bajo su mando a las milicias armadas que operan en el oeste del país.
Ahora espera poder ganar la adhesión del gobierno paralelo que ejerce en el este del país, que niega entregar el mando antes de que se efectúe una votación parlamentaria, que ya ha sido aplazada varias veces.
La comunidad internacional busca fortalecer al gobierno de unidad, para que este sea capaz de asumir en solitario la amenaza yihadista y de frenar los flujos migratorios que salen de Libia, situada a 300 kilómetros de la costa italiana.
Un reciente estudio realizado por el Parlamento británico estima que la operación naval de la Unión Europea contra los traficantes de personas que operan en las costas de Libia ha sido "un fracaso".
Una vez más, las miradas apuntaron hacia Trípoli.
"Sin el apoyo de una gobierno libio estable, la operación no puede reunir las informaciones necesarias para atacar a los traficantes", indicó el informe.