Colombia pasó del puesto 38 entre 55 países en 2007 al 46 entre 59 países en 2011. Es decir que mientras en la primera fecha 31,5% de los países estaban en posición inferior al nuestro, este año sólo fueron 22%
Por Helena Villamizar García-Herreros
Especial para EL NUEVO SIGLO
La exacerbación del modelo neoliberal bajo el mandato Uribe, en el que la ideología del libre comercio se llevó a las últimas consecuencias, ha dejado a Colombia en situación de extrema vulnerabilidad frente a las turbulencias y volatilidad del entorno externo. Sus consecuencias plenas se producirán cuando entren en aplicación los tratados profundamente asimétricos firmados con las economías más poderosas del planeta, tratados que entre sus múltiples desmanes privan a Colombia de instrumentos macroeconómicos fundamentales para el progreso y manejo de las crisis.
Los resultados del modelo de la “confianza inversionista” ya son visibles; lejos de conducir a una transformación productiva Colombia ha experimentado una notoria pérdida de competitividad en el concierto internacional, según revelan estudios internacionales comparativos, analizados por Jorge Gaitán Villegas.1/
Nuestros “teóricos accidentales”, - término acuñado por Krugman- del TLC, no sólo trastocaron a su antojo las enseñanzas de la teoría económica, sino ignoraron las múltiples advertencias de diversos sectores frente a estos tratados, así como las enseñanzas de la historia, incluida la evidencia de la apertura sin negociar de principios de los noventa. Predijeron milagrosas productividades bajo el libre comercio, tergiversando la doctrina del propio Adam Smith, para quien la protección es una política recomendable bajo determinadas circunstancias, como lo han recordado José Antonio Ocampo y Lance Taylor.
Igual ocurrió con la teoría de la unión aduanera, invertida para sostener que la integración ideal era con los Estados Unidos, según mostró Javier Fernández. Tan ingeniosos y surrealistas fueron sus métodos propagandísticos que el ministro Jorge Humberto Botero utilizaba el ejemplo de China como premonitorio de los frutos para Colombia del TLC con EU. Y como verdaderos magos convirtieron en virtuoso el déficit en cuenta corriente, ocultando que su principal origen está en grandes filtraciones al ingreso nacional por las inmensas rentas de capital al exterior de la inversión extranjera.
Concentración
Pero además la inversión extranjera se concentra mayoritariamente en minería, hecho de especial significación, como lo explica Gaitán. “Colombia ha crecido recientemente en medio de una regresión infantil, pues volvió a sus inicios de los siglos XIX y XX, exportando oro, petróleo, carbón, y otras materias primas sin procesar ni transformar (commodities) y cada vez relativamente menos productos de origen agrícola (café, flores, frutas) o industriales de bajo valor agregado”.2/ Y esa 'regresión infantil' sin beneficios en empleo, en transformación productiva, ha dejado diversos legados nocivos de largo plazo empezando por la destrucción del medio ambiente y otros cuyo peso ya se observa en los índices de competitividad a los que hace referencia este autor. Con cuánta razón dice: “Paradójicamente, esta locomotora parece más una imposición externa que una opción libremente escogida. Va en contravía de las otras: un efecto indirecto es la revaluación del peso frente al dólar, que ya constituye un cambio estructural y durable[5] (…).Las perturbaciones cambiarias y monetarias inducidas por esta locomotora serán fuente de complicaciones macroeconómicas por mucho tiempo”.
De manera inequívoca el estudio comparativo de 59 países de El International Institute for Management Development (IMD) de Lausanne, Suiza, analizado por Gaitán, aporta nueva evidencia que contradice la profusa propaganda oficial. Este muestra una caída de la competitividad sistémica de Colombia en los últimos cinco años, analizada mediante múltiples variables en cuatro grandes tópicos: desempeño económico, eficiencia del sector público, eficiencia del sector privado e infraestructura.
Colombia pasó del puesto 38 entre 55 países en 2007 al 46 entre 59 países en 2011; es decir que mientras en 2007 31,5% de los países estaban en posición inferior a Colombia, en 2011 sólo fueron 22%. En cuanto al desempeño económico su caída en posición relativa fue dramática: de superar al 53,7% de países en 2007, en 2009 sólo aventajaba al 12,5%, revelando así que “el supuesto 'blindaje' de Colombia frente a la crisis solo era propaganda del gobierno”1/. En 2011 su posición relativa en desempeño económico (31%) era aún muy inferior a la de 2007. Si bien Colombia creció, muchos países también lo hicieron y con mayor capacidad de incorporar el progreso técnico y el conocimiento, dice el autor.
En eficiencia del sector público el retroceso fue ostensible: del puesto 36 pasó al 45 entre 59 países. Al respecto Gaitán nuevamente advierte sobre la inconveniencia del actual modelo de extracción minera. “¿Proceso irreversible ante la evidencia cada vez más inocultable de un Estado profundamente penetrado por los depredadores del sector privado y concentrado en empujar al país a ser simple proveedor de materias primas sin incorporarles valor agregado?”
En eficiencia del sector privado igualmente Colombia descendió según dicho estudio. En infraestructura, la cual contempla cinco dimensiones: básica, científica, tecnológica, en salud y medio ambiente y en educación medidas a través de 100 variables, Colombia ocupa un lugar vergonzoso y, según Gaitán, de 2008 “en adelante ha sido la verdadera hecatombe”; del puesto 44 en ese año pasó a ocupar el 54 entre 59 países en 2011.
Así pues las conclusiones que se derivan de serios estudios internacionales son contrarias al discurso oficial propagandístico. Gaitán advierte sobre los inminentes y gravísimos riesgos para el aparato productivo cada vez menos competitivo frente a los tratados firmados y las turbulencias de los mercados financieros internacionales y la crisis global que se cierne. El país “Tragó entero una supuesta apertura de los grandes mercados en economías avanzadas, para productos sin valor agregado como los nuestros. Pero se le ocultó el verdadero peligro: la inundación de productos tecnológicamente avanzados, de gran calidad y a bajo precio, así como la llegada masiva de empresas acosadas por el agotamiento de sus propios mercados. (...)Y el gobierno tan campante”.
1/ http://razonpublica.com/index.php/econom-y-sociedad-temas-29/2335-ise-a…
2/ http://razonpublica.com/index.php/econom-y-sociedad-temas-29/1657-compe…