El gobierno y la oposición de Siria están cometiendo nuevas violaciones "graves" de los derechos humanos, incluyendo ataques a hospitales, dijo la alta comisionada de las Naciones Unidas para los derechos humanos, Navi Pillay, tras informar al Consejo de Seguridad.
Pillay volvió a instar a los 15 miembros del Consejo de Seguridad a que remitan el conflicto sirio a la Corte Penal Internacional (CPI), pero admitió que la decisión última al respecto sería de carácter "político".
Entre tanto, miembros de la oposición siria intentaban ayer en El Cairo, bajo la égida de la Liga Árabe, elaborar una visión común para el futuro del país, tras haber rechazado una hoja de ruta internacional que prevé un gobierno de transición.
Esta reunión "es una oportunidad que no hay que perder", declaró el secretario general de la Liga Árabe, Nabil al Arabi, y exhortó a la oposición a unirse.
Nasser al Qidwa, adjunto del mediador internacional Kofi Annan, también pidió unión a la oposición. "No hay opción, (esa unión) es una necesidad si la oposición quiere obtener la confianza de su pueblo en Siria", dijo.
Los ministros de Exteriores de Egipto, Turquía, Irak y Kuwait se hallaban también presentes.
El objetivo es "llegar a una visión unificada sobre el periodo de transición y el futuro de Siria", dijo Georges Sabra, portavoz del Consejo Nacional Sirion (CNS). Esta coalición, principal formación de la oposición en el extranjero, participa en esta reunión.
En cambio, los rebeldes del Ejército sirio libre (ASL), fuerza armada de oposición integrada esencialmente por soldados desertores, anunció que iba a boicotear la reunión, calificándola de complot y rechazando cualquier negociación con el régimen.
La reunión, que durará dos días, se celebra mientras no cesa la violencia que padece Siria.
Todo ello se produce después de que la oposición siria rechazara, calificándolo de "farsa", un acuerdo sobre los principios de una transición en Siria decidido por las grandes potencias mundiales, tras una reunión el sábado en Ginebra.
Entretanto, el ejército sirio continuaba este lunes el bombardeo de los barrios rebeldes de la ciudad Homs (centro), donde los médicos se ven obligados a amputar a los heridos debido a la falta de medios para atenderlos, según militantes.
El bombardeo estaba dirigido en particular contra los barrios de Jaldiyé y de Jurat al Chayah que las fuerzas regulares tratan de recuperar, según los militantes y el Observatorio sirio de los derechos humanos (OSDH).
Según el OSDH, más de mil familias están bloqueadas en la ciudad y carecen de todo. Según esta ONG, los habitantes se ven obligados a comer pan rancio debido a la falta de harina, sin contar los cortes de electricidad y de agua.
El domingo, unas 80 personas, en su mayoría civiles, ya habían perecido en actos de violencia.
Por otra parte, dos miembros de la policía fronteriza siria resultaron heridos el lunes por un cohete disparado desde territorio libanés, indicó un comunicado de la seguridad general libanesa.
"El lunes en la madrugada, dos hombres armados dispararon a partir de Buqaya, en territorio libanés, un cohete en dirección de Siria que alcanzó un puesto de inmigración sirio, hiriendo a dos miembros del puesto fronterizo", según el comunicado.
Es la primera vez que Siria reseña disparos contra su territorio desde el Líbano.