Dos agentes del Servicio Secreto de Estados Unidos dejaron el miércoles ese grupo de policía de élite que protege al presidente Barack Obama tras un escándalo con prostitutas en Colombia, en tanto un tercero está en vías de ser despedido, informó una fuente oficial.
De los 11 miembros del Servicio Secreto suspendidos e investigados por este escándalo, "un miembro de la jerarquía fue autorizado a retirarse, otro miembro está en curso su despido....y un tercero, un agente de rango, renunció", precisó ese departamento en un comunicado.
La fuente oficial indicó que "los otros ocho funcionarios están suspendidos" por el momento, mientras se desarrolla la investigación interna.
Los efectivos estarían implicados en un escándalo sexual que envolvió al equipo del Servicio Secreto que preparaba la visita presidencial de Obama a la Cumbre de las Américas, en el balneario caribeño de Cartagena, Colombia.
La fuente federal indicó también que la investigación será "completa, escrupulosa y justa y utilizará todas las técnicas de investigación disponibles en nuestra agencia".
Un coronel de la Fuerza Aérea estaba a cargo de dirigir una investigación militar y reunía información y pruebas en Cartagena, por lo que el número total de sospechosos podía aumentar.
Así, mencionó a ese efecto que habrá "pasaje por el detector de mentiras, interrogatorios a los funcionarios implicados y de testigos, donde los interrogatorios que serán efectuados por nuestra oficina (de inspección interna) en Cartagena, Colombia".
Fue en ese puerto colonial y turístico colombiano que los sospechosos habrían llevado a unas 20 prostitutas a los dormitorios del hotel donde se alojaban mientras estaban en servicio para preparar la visita de Obama en el marco de la VI Cumbre de las Américas, que entre viernes y domingo pasados reunió a una treintena de jefes de estado y gobierno americanos.
Sin embargo, la agenda de la cumbre, en Estados Unidos, fue totalmente desapercibida a partir del escándalo.
El Pentágono había dicho inicialmente que cinco militares eran sospechosos, pero la lista ahora incluía entre otros a cinco miembros de las fuerzas especiales del Ejército y dos de una unidad de desactivación de artefactos explosivos de la Armada, según dijo a la AFP una fuente oficial que pidió anonimato.
"Exigimos que todos nuestros empleados se adhieran a las normas profesionales y morales más elevadas, y se han comprometido a una revisión exhaustiva de este asunto", aseguró el Servicio Secreto.