Con la expectativa de llegar a acuerdos sobre participación política, para hoy está programado el inicio del segundo punto de la agenda de los diálogos entre el Gobierno y las Farc en La Habana, Cuba.
El proceso viene antecedido por el acuerdo sobre el tema agrario y las recientes tensiones con Venezuela, país que funge como acompañante de las conversaciones.
Según el jefe de la delegación del Gobierno, el exvicepresidente Humberto de la Calle, este punto es vital para el proceso, cuyo fin último es la inserción de la organización al escenario político.
“De lo que se trata todo esto es de terminar el conflicto. Esa es la clave de todos los acuerdos. Este punto es para establecer reglas que permitan el tránsito de las Farc a una fuerza política sin armas”, dijo De la Calle en declaraciones a la prensa.
Política sin armas
La delegación gubernamental tenía previsto viajar ayer a La Habana para reanudar hoy las conversaciones, confirmó a la AFP una fuente del gobierno colombiano.
Ambas partes han cumplido un receso de dos semanas luego de que el pasado 26 de mayo suscribieron un acuerdo sobre el primer punto de la agenda, el desarrollo rural, un logro inédito en los 48 años de actividad de las Farc.
"La concertación sobre el tema agrario es muy importante objetivamente. La relevancia histórica está en que por primera vez gobierno e insurgencia convienen en la importancia del problema agrario y en sentar las bases para hacer justicia a la población rural", destacó a la AFP el historiador Medófilo Medina.
El debate sobre la participación en política de la guerrilla es considerado vital para el proceso de paz, cuyo fin último es la inserción de las Farc como movimiento desarmado.
Las dos delegaciones deberán a partir de este martes acordar garantías para la participación política y modalidades de justicia para las Farc.
La base para negociar se encuentra en una reforma constitucional aprobada en 2012, conocida como marco jurídico para la paz, que abrió la posibilidad de la participación política a los guerrilleros que no estén incursos en delitos de lesa humanidad, así como la de suspensión de penas.
"El manejo de la mesa de diálogo va a ser el de sacrificar la justicia en beneficio de la paz", consideró Jairo Libreros, profesor de estudios políticos en la Universidad Externado de Bogotá y experto en temas de seguridad.
"El mayor problema no se va a presentar entre las partes, sino de cara a la aceptación de la sociedad. Para ello tendrán que encontrar un buen balance. Las Farc tendrán que pedir excusas y admitir que por sus conductas hay víctimas en Colombia", añadió este experto.
Hasta ahora no parece que los líderes de las Farc quedarán excluidos de la política, pues la Fiscalía ha aclarado que aún si varios de ellos han sido condenados en ausencia por diversos delitos, no hay sentencias para ninguno por crímenes de lesa humanidad./AFP
Retos
A su vez, el senador del Partido Social de Unidad Nacional (La U), Armando Benedetti, advirtió sobre la prevención que debe haber frente a los ataques que se espera hagan en esta nueva etapa los contradictores de las conversaciones.
“Me da un poco de temor, porque todo el mundo va a opinar que si Timochenko entra al Congreso o no entra”, señaló el congresista a medios radiales.
De otro lado el representante por Bogotá, Alonso Prada, copresidente vocero del Partido Verde, recordó que en este tema debe haber resultados rápidos.
“El proceso está sujeto a tiempos. La tolerancia de los colombianos tiene su límite. Esperemos que no jueguen con nosotros”, sostuvo.
Por su parte, el abogado constitucionalista Armando Novoa señaló que para incluir a los subversivos en la vida política, habrá que adoptar medidas transitorias, con mecanismos especiales de representación ante la sociedad.
“Por supuesto que a las Farc les interesa participar en política. Ellos están enfocados en el poder local en sus zonas de influencia”, comentó Novoa.
“Sería muy importante para Colombia una nueva fuerza política del grupo más importante de alzados en armas. Además, le plantearía el reto de ver si se pueden mantener en el escenario electoral no solo por un periodo o dos, sino a lo largo del tiempo”, aseguró Novoa a la AFP.
Proceso “desinflado”
El fin de semana las Farc acusaron al presidente Juan Manuel Santos de “desinflar” el buen ambiente del diálogo tras su reunión con el líder de la oposición venezolana Henrique Capriles.
“La actitud de Santos desinfló el optimismo, la atmósfera favorable a la paz que se había logrado construir con tanto esfuerzo en La Habana. La cuestión se resume en el hecho de que si no fuera por Venezuela no tendría lugar el diálogo de paz de la capital cubana”, señaló la guerrilla en un comunicado.
La guerrilla también criticó el acercamiento del gobierno a la OTAN, situación que también rechazó el gobierno del país vecino.
El actual proceso de paz arrancó en noviembre de 2012 y ha sido diseñado sobre una agenda de cinco puntos, que incluye el desarrollo rural, la participación política, las drogas ilícitas, el abandono de las armas, y la reparación a las víctimas del conflicto.