Con anuncios de nuevas inversiones y confiado en que todo estará listo a tiempo pese a las huelgas y retrasos, Brasil lanzó la cuenta regresiva de mil días para el Mundial.
"Comenzamos el conteo regresivo para la Copa del Mundo 2014", afirmó la presidenta Dilma Rousseff en una ceremonia en Belo Horizonte, una de las ciudades sede de la Copa, donde anunció inversiones en infraestructura por más de 1.200 millones de dólares y aseguró que Brasil "conquista al mundo".
La FIFA, que llegó a criticar fuertemente los retrasos en la organización, renovó su voto de confianza, pero advirtió que "todavía queda mucho trabajo por hacer", según dijo el secretario general de la organización, el francés Jerome Valcke.
"Para ser honestos, todavía queda mucho trabajo por hacer, lo cual es normal cuando aún faltan 1.000 días del puntapié inicial el 12 de junio de 2014", dijo Valcke, citado en el sitio web de la organización.
"Es esencial que vayamos los más rápidamente posible ahora y que trabajemos más cerca con las autoridades y las ciudades anfitrionas", agregó. La presidenta brasileña aprovechó su viaje a Belo Horizonte para visitar las obras en el estadio Mineirao, donde los obreros que trabajan en su modernización hicieron huelga este viernes en reclamo de mejoras salariales y en sus planes de salud.
En Rio de Janeiro, la justicia ordenó el regreso al trabajo de los obreros del estadio de Maracaná, en huelga desde hace más de dos semanas, tras catalogar la paralización de "abusiva".
El gobierno anunció esta semana que todos los estadios de las 12 ciudades sede ya están siendo construidos o reformados -nueve estarían listos en diciembre de 2012-, pero admitió que las obras todavía no han comenzado en cinco de los 13 aeropuertos que deben acoger a millones de turistas.
AFP