Promociones en los centros comerciales, flexibilidad en los horarios laborales y muchas expectativas en la venta y compra de vehículos es el panorama en el comercio organizado debido al nuevo Pico y Placa.
En el caso particular de los empresarios del sector automotriz ven con buenos ojos la modificación, pues ha obligado a un segmento de la población a cambiar su segundo vehículo, bien sea por uno nuevo con precio atractivo o por uno usado con la placa conveniente para transportarse en Bogotá. En efecto, el segmento en referencia corresponde al grupo que se niega a sacrificar la comodidad que le ofrece el vehículo particular, por la incomodidad del transporte público bogotano. Prefieren vender uno de sus vehículos para comprar otro de su conveniencia.
En el sector de motos, contrario a lo que se podría pensar, no se ha incrementado las ventas tras la modificación del Pico y Placa. Lo anterior obedece a que los ciudadanos potencialmente compradores no han sentido la necesidad aún de cambiarse a este modo de transporte.