Gracias al impacto del crecimiento en el primer trimestre, las ventas y el consumo de las familias siguen con una tendencia favorable durante este año y a pesar de los pronósticos en contra de algunos analistas.
De acuerdo con la percepción del Gobierno, para el segundo trimestre los indicadores de ventas y confianza del consumidor señalan que el consumo de los hogares mantiene su dinámica. En particular, las cifras de ventas de vehículos publicadas por Fenalco y Econometría sugieren que el consumo durable habría registrado un comportamiento favorable durante abril y junio de este año.
A su vez, los directivos del Banco de la República, sostienen que “lo anterior es coherente con el comportamiento de la cartera de consumo en el mes de mayo, la cual dejó de desacelerarse y registró un aumento leve en su ritmo de crecimiento”.
A esta perspectiva se le debe añadir que en los últimos meses, las familias han logrado obtener una mejor capacidad de ingresos gracias al comportamiento positivo del mercado laboral con mejores y más oportunidades.
En efecto, los investigadores consideran que “los indicadores del mercado laboral continúan sugiriendo mejoras en las condiciones de trabajo. El crecimiento del empleo se ha mantenido en tasas aceptables en los últimos meses, y está concentrado principalmente en el componente asalariado”.
En este mismo sentido, los directivos del Emisor sostienen que “a esto se suma que las tasas de interés reales de los hogares al igual que las comerciales están descendiendo y ambas se ubican por debajo de su promedio desde 2000, como resultado del aumento de la inflación y su efecto sobre las expectativas”.
Sin duda, a juicio de los investigadores, esto puede ser un factor que explique el repunte que se observa en el crecimiento de las carteras comercial y de consumo. Igualmente, la cartera hipotecaria ha venido acentuando su tendencia positiva.
De otro lado, el estado de la economía descrito por la información de crecimiento para el primer trimestre, los indicadores positivos que se conocen para el segundo trimestre, y la posible revisión al alza del pronóstico del PIB para el año completo, sugieren que la demanda crece a un ritmo superior que el PIB potencial. Lo anterior, combinado con el registro de unas expectativas de inflación al alza, aumenta la probabilidad de que las presiones inflacionarias puedan estar propagándose a toda la economía.
De acuerdo con el último reporte del DANE, en abril de 2014, las ventas del comercio minorista crecieron 7,2 por ciento y el personal ocupado 2,8 por ciento, con relación al mismo mes del año anterior. Excluyendo el comercio de vehículos automotores y motocicletas, la variación de las ventas reales fue 9,9 por ciento.
Las líneas de mercancías que principalmente explicaron el resultado de las ventas en el mes fueron: alimentos y bebidas no alcohólicas (7,0 por ciento), electrodomésticos y muebles para el hogar (22,9 por ciento), productos textiles y prendas de vestir (15,8 por ciento) y productos de aseo personal (10,7 por ciento). El aporte conjunto de estos grupos a la variación total fue de 5,8 puntos porcentuales.
Asimismo, el incremento de 2,8 por ciento registrado por el personal ocupado en abril de 2014 fue el resultado del aumento en la contratación de personal permanente (3,5 por ciento), de personal temporal directo (1,0 por ciento) y de personal temporal a través de agencias (0,8 por ciento).
En el reporte del DANE se indica que durante los cuatro primeros meses de 2014 las ventas reales del comercio minorista presentaron un incremento de 7,2 por ciento, y sin incluir vehículos automotores y motocicletas, de 6,2 por ciento. Las líneas que registraron los mayores incrementos en sus ventas fueron: electrodomésticos y muebles para el hogar (14,2 por ciento), repuestos y accesorios para vehículos (13,2 por ciento), vehículos automotores y motocicletas (11,7 por ciento) y productos textiles y prendas de vestir (9,3 por ciento). Asimismo, la Asobancaria opina que “se podría afirmar que los datos más recientes muestran una economía y una inflación creciendo más rápido de lo previsto, con lo cual las expectativas han sido presionadas al alza. La tasa de interés real se mantiene en un nivel bajo (frente a su promedio desde el año 2000) y puede continuar estimulando la demanda interna”.