Debido al regular crecimiento del Producto Interno Bruto, PIB, en el primer trimestre del año, el Gobierno decidió apretarse el cinturón y corregir las metas de la economía para este año y para el mediano plazo.
El Ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, dijo que el Gobierno revisó a la baja su meta de crecimiento de 4,2 % a 3,6 % para este año.
Al radicar ante las Comisiones Económicas del Congreso el Marco Fiscal de Mediano Plazo de 2015-2016, el Gobierno Nacional afirmó que la estrategia fiscal anunciada permite que la economía se ajuste sin traumatismos a los nuevos escenarios de precios de petróleo, en un contexto de sostenibilidad fiscal y estabilidad macroeconómica.
El marco fiscal
En este Marco Fiscal se programan los recursos necesarios para atender las obligaciones legales del Estado y se sostiene un nivel de inversión pública equivalente a 1,8 % del PIB entre 2016 y 2026. Para hacer espacio fiscal a la inversión, en el mediano plazo se acota el crecimiento del gasto en servicios personales y gastos generales. Los primeros pasan de 2,4 % del PIB a 1,7 % del PIB y los segundos caen de 0,7 % del PIB a 0,5 % del PIB, en el periodo considerado.
No obstante lo anunciado, en medio de una caída de precios del petróleo y de una desaceleración del crecimiento, se hace necesario fortalecer la capacidad de gestión y control de la evasión de la DIAN. A partir de 2016 se espera que estas medidas aporten medio punto del PIB en ingresos adicionales.
Asimismo, las rentas que expiran hacia finales de la presente década, deben ser prorrogadas o reemplazadas por otras que eviten una contracción de los ingresos en el mediano plazo. Esta tarea se realizará siguiendo las recomendaciones que presente la Comisión de Expertos para la Equidad y Competitividad Tributaria.
El panorama fiscal se proyecta en un contexto de incertidumbre sobre el comportamiento futuro de los precios del petróleo y con la expectativa de mantener una producción promedio de un millón de barriles por día durante los próximos ocho años.
Precios del crudo
En cuanto a los precios, los expertos consultados en el proceso de formulación del marco estuvieron de acuerdo en suponer que los precios spot de crudo Brent recuperarán parcialmente el terreno perdido en los últimos meses y convergerán a niveles de 75 dólares por barril a partir de 2022.
Señala el Gobierno que este ajuste, aunado a la reducción de 1,4 % del PIB en las rentas petroleras, obligó a un aplazamiento de 0,7 % del PIB del PGN que sumado a mayores ingresos por la reciente reforma y a un aumento del recaudo externo, permitirá cerrar el déficit de 2015 en 3,0 % del PIB. La Regla Fiscal permite al Gobierno descontar del déficit total los efectos positivos o negativos producidos por los ciclos energético y económico. En la actual coyuntura, el componente cíclico ascenderá a -0,7 % del PIB, lo que significa que el déficit estructural equivaldrá a 2,2 % del PIB al cierre de 2015.
En 2016 se espera un ciclo negativo de -1,5 % del PIB y un déficit estructural de 2,1 % del PIB para un déficit total de 3,6 % del PIB. En materia de financiamiento externo para 2015, el Ministro Cárdenas informó que la meta de colocación de bonos en los mercados internacionales se ha ejecutado en un 100 %, con la emisión que se realizó en enero de 2015 por un monto de US$1.500 millones con vencimiento en 2045 y con la reapertura que se realizó en marzo por un monto de US$1.000 millones, para un total de US$2.500 millones.
Financiamiento
El resto del financiamiento externo se obtendrá a través de operaciones de crédito con entidades multilaterales por US$2.600 millones, de los cuales a la fecha se han desembolsado US$200 millones; los restantes US$2.400 millones están autorizados para ser desembolsados en el segundo semestre del año.
Las fuentes de financiamiento interno contemplan colocar en el mercado un total de $30,6 billones, de los cuales a la fecha se han colocado: i) $15,4 billones entre subastas y no competitivas, equivalentes al 68 % de la meta y ii) $4,1 billones en operaciones con entidades públicas, equivalentes al 54 % de la meta.
Para el año 2016, se esperan desembolsos de deuda externa por US$6.000 millones, de los cuales: i) US$3.000 provendrán de operaciones de emisión en los mercados internacionales y US$3.000 millones de créditos con la banca multilateral. Las fuentes de financiamiento interno contempladas por el Gobierno Nacional para el 2016 son $31,1 billones, de los cuales: i) $26,5 billones serán obtenidos a través de subastas, monto incrementado en $3,8 billones frente a 2015 y ii) $3,5 billones en operaciones con entidades públicas, reduciéndolas en $4 billones producto de la entrada de la totalidad de las entidades al sistema de Cuenta Única Nacional-CUN.
Dadas las proyecciones de déficit y el plan de financiamiento, se espera que la deuda bruta del Gobierno Nacional Central permanezca constante en 38,3 % del PIB entre 2014 y 2015 y se eleve luego hasta 39,9 % en 2016, para empezar a descender hasta ubicarse por debajo de 30 % del PIB al cierre de 2026. La mencionada reducción es conducida por un superávit primario creciente a partir de 2019.
Estos resultados proyectados para el Gobierno Nacional Central llevarán hasta 2,4 % del PIB el déficit del Sector Público Consolidado, agregado que empezará a mejorar su balance a partir de 2017. Al desaparecer hacia 2020 el permiso temporal de la regla para desviarse de las metas de déficit estructural del balance total del GNC, el déficit total del Gobierno se compensará con el superávit esperado en el sector descentralizado, lo que dejará el resultado fiscal dependiendo del desempeño del sector público financiero.
Además, en cumplimiento de lo dispuesto por la Ley 1508 de 2012, se somete a consideración del Conpes el cupo anual de vigencias futuras para proyectos de APP. Según los análisis efectuados y considerando la situación descrita se considera prudente mantener el límite anual aprobado el año anterior, 0,1 % del PIB en 2016; 0,35 % del PIB entre 2017 y 2019 y 0,4 % del PIB entre 2020 y 2046. Por otra parte, en los resultados del primer trimestre del año, éste fue inferior al observado en el cuarto trimestre del 2014 (3,5 %) y es el más bajo desde el tercer trimestre del 2012.
De acuerdo con los analistas del Bancolombia, es relevante mencionar que en el primer trimestre de 2014 la economía se había expandido 6,5 %, y que a partir de ese momento inició la fase de desaceleración, que se profundizó en el primer cuarto del año.
“Esta tendencia es consistente con nuestra expectativa, la cual señala la posibilidad de que en los próximos trimestres empiece a materializarse una leve reactivación”, señalan los expertos.
De otra parte, vale la pena anotar que el crecimiento en los últimos 4 trimestres alcanzó 3,6 %, inferior al 4,6 % que se anotó para el cierre del año pasado.
En términos trimestrales la actividad económica avanzó un 0,8 %, por debajo de la cifra del primer trimestre del 2014 (1,52 %), pero superior a la del cuarto trimestre del mismo año (0,6 %).
El PIB y efectos monetarios
Sin duda el reporte del PIB fue superior a lo esperado por el consenso de analistas y estuvo levemente por encima de lo pronosticado por el Banco de la República (2,7 %).
Los analistas indican que la composición del crecimiento desde el punto de vista de la oferta sugiere que en el resto del año podría darse una recuperación moderada de la actividad productiva, la cual se haría más evidente en el segundo semestre.
“En el corto plazo, para el segundo trimestre reiteramos nuestro pronóstico de un crecimiento trimestral de 0,7 %, que estaría un poco por debajo del 0,8 % que se publicó para el primer trimestre. Con ello, el crecimiento interanual del segundo trimestre pasaría a 3,2 %, y el acumulado de 4 trimestres se mantendría inalterado en 3,6 %”, sostienen los expertos.
El reporte del PIB mostró que los sectores no transables continúan avanzando a un ritmo más acelerado que los transables, pero han moderado su dinamismo en los últimos trimestres.
Es importante considerar que la caída en los precios internacionales de las materias primas, así como la depreciación del tipo de cambio, podrían contribuir a un realineamiento del crecimiento futuro, ya que podrían impulsar la actividad de sectores como la industria y la agricultura.
A pesar de que la industria se ubicó en terreno negativo en el inicio del año, al descontar el efecto adverso proveniente de la refinación de petróleo (relacionado con el cierre de la Refinería de Cartagena), las demás actividades manufactureras apenas decrecieron 0,8 % aproximadamente.
Cuando Reficar entre en operación hacia finales de año, el comportamiento agregado del sector industrial probablemente mostrará una mejoría apreciable. En los próximos días se conocerán los resultados del PIB desde la perspectiva de la demanda.
La composición de las cifras de oferta sugiere que varios rubros de la demanda interna se moderaron, en tanto que el aporte negativo de las exportaciones netas pudo reducirse parcialmente.
Sin embargo, las cifras finales permitirán corroborar este comportamiento esperado y definir con precisión su magnitud. Las cifras de crecimiento desde el lado de la oferta y las lecturas de los indicadores líderes al inicio de 2015 soportan nuestra expectativa de que el Emisor mantenga estable su tasa de referencia en lo que resta del año.
Ello se debe a que el nivel más bajo de crecimiento interanual se haya registrado en el primer trimestre del 2015, y a que prevemos que la inflación converja gradualmente al rango meta de inflación del Banco Central, terminando 2015 en 3,85 % y 2016 en 3,12 %.
Indican los analistas del Bancolombia que “de igual forma, en materia de crecimiento mantenemos nuestro escenario base, con una expansión esperada del PIB de 3,4 % este año y 3,7 % el próximo. Si tenemos en cuenta que el choque propiciado por la caída en los precios del petróleo tiene un componente permanente que ha reducido el crecimiento potencial de la economía, nuestro escenario base implica que la brecha del PIB, que en la actualidad está en terreno negativo, se iría cerrando gradualmente hasta llegar a un nivel neutral a finales del próximo año”.
Empujón industrial
A pesar de lo anterior, es previsible que a partir del segundo trimestre esta actividad se beneficie de una forma más clara de la depreciación del tipo de cambio, y pueda así liderar una recomposición en la dinámica productiva del país.
Dentro del sector, en el primer trimestre los productos de refinación de petróleo representaron el 11,3 % de la industria y cayeron 11,2 %, variación que no alcanzó a ser compensada por el destacado aumento de la producción de alimentos y bebidas (6,8 %).
El déficit
Sobre el crecimiento del PIB en el primer trimestre, los analistas de Corpbanca señalan que “ratificala expectativa del consenso del mercado sobre una evidente moderación de la temperatura económica que ya venían adelantando los indicadores líderes. El mercado estaba preparado para 2,6 %, según la estadística promedio del sondeo en Bloomberg, de manera que el resultado no tomó por sorpresa a los operadores y analistas”.
Siendo así, y teniendo presente que el consenso del mercado le apunta a niveles que rodean el 3,0 % para el PIB proyectado en 2015, la Brecha de PIB sería negativa y del orden de al menos un punto porcentual, lo cual activaría la Regla Fiscal por el lado de un estímulo hasta por 0,2 puntos porcentuales de déficit fiscal adicional por cuenta del ciclo económico negativo.
Adicionalmente la brecha de precios del petróleo le adiciona al Gobierno 0,5 puntos porcentuales más sobre el déficit fiscal estructural para estimular, con lo cual el déficit cíclico se situaría este año en 2,9 % del PIB, frente al 2,2 % de déficit estructural. Lo anterior no se aleja de los márgenes permitidos por la Regla Fiscal.
Señalan que “seguimos previendo un crecimiento de 3,3 % anual para el segundo trimestre del 2015, con sesgo bajista, sin embargo y más probablemente entre un rango de pronóstico de 2,7 % a 3,8 % anual, con alto nivel de incertidumbre, en particular por el sector construcción. Para el año completo 2015 nuestra proyección no se modifica; esperamos un desempeño de 3,1 % anual como nivel más probable, entre un rango de 2,7 % y 3,5 % anual con sesgo bajista”.