Turquía negó este lunes haber autorizado el uso de sus bases aéreas a Estados Unidos para la campaña contra el grupo Estado Islámico (EI) en Irak y en Siria, donde los combatientes kurdos lanzaron este lunes una contraofensiva en la ciudad de Kobane.
"No hay ningún nuevo acuerdo con Estados Unidos sobre Incirlik", dijo un responsable del gobierno a la AFP, en alusión a una base aérea del sur de Turquía. "Las negociaciones continúan", agregó.
Un responsable estadounidense de Defensa afirmó el domingo bajo el anonimato que el gobierno de Ankara había autorizado al ejército estadounidense a utilizar sus bases.
El jefe del Pentágono, Chuck Hagel, también anunció ayer que miembros de la oposición siria serían "acogidos y entrenados" en Turquía, agregando que Ankara recibiría a un grupo de expertos estadounidenses para "desarrollar un programa de entrenamiento".
En la ciudad kurda de Kobane, en el norte de Siria, intensos combates enfrentaban este lunes a los yihadistas y fuerzas kurdas, muy cerca de la frontera con Turquía.
Tiros de armas automáticas y de mortero se producían en un barrio del norte de Kobane, a menos de un kilómetro de las alambradas que separan Turquía de Siria, constató un periodista de la AFP.
Esta zona es la que atraviesan los civiles kurdos que huyen de los combates hacia Turquía y los combatientes evacuados para ingresar en los hospitales turcos.
Esta mañana, los aviones de la coalición lanzaron al menos dos nuevos ataques contra posiciones de los yihadistas en la ciudad. Una enorme columna de humo se levantaba sobre el corazón de la ciudad después de estos bombardeos.
Los kurdos iniciaron en la noche del domingo una contraofensiva y consiguieron retomar dos posiciones al EI en el sur de Kobane, según el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH). Trece yihadistas murieron en esos enfrentamientos, según la misma fuente.
Kobane se ha convertido en el símbolo de la resistencia contra los yihadistas, y su caída les daría el control de una amplia franja de territorio en la frontera siroturca.
Con el avance del EI a las puertas de Turquía, Ankara se enfrentaba a una presión cada vez más importante para participar en la coalición liderada por Estados Unidos contra los yihadistas en Siria e Irak.
Un responsable de Defensa estadounidense anunció que Turquía iba a permitir que Estados Unidos usara sus bases aéreas, incluida su gran base de Incirlik (sur), cercana a la frontera con Siria.
El secretario de Defensa estadounidense, Chuck Hagel, agradeció a Turquía que esté dispuesta a entrenar a "miembros de la oposición siria", según su portavoz.
Militares estadounidenses habían asegurado, en numerosas ocasiones, que los ataques aéreos no bastarían para derrotar a los yihadistas, que proclamaron en junio un califato en amplias zonas de Siria e Irak bajo su control.
El primer ministro turco, Ahmet Davutoglu, llamó el domingo a apoyar militarmente a la "oposición moderada" siria para crear una "tercera fuerza" en el país vecino capaz de derrotar a los yihadistas y al régimen de Damasco.
Más de 180.000 personas murieron en Siria desde el comienzo de las revueltas contra el régimen de Bashar al Asad. El conflicto se convirtió en una guerra civil que trajo a miles de yihadistas extranjeros al país.
- Los iraquíes deben "recuperar" Irak -
Al mismo tiempo crece la preocupación sobre Irak, donde los yihadistas amenazan con conquistar más territorios.
Las fuerzas iraquíes se enfrentan a una presión creciente en la provincia de Al Anbar, situada entre Bagdad y la frontera siria, donde un atentado mató el domingo al jefe de la policía local.
Este lunes, las tropas gubernamentales apostadas cerca de la ciudad de Heet, en esa provincia, se retiraron a otra base, dejando la localidad bajo el control de los yihadistas.
El ejército también tuvo enfrentamientos con el EI alrededor de la refinería de Baiji (norte) donde la aviación estadounidense entregó el domingo comida, agua y municiones a los soldados iraquíes.
Washington ha insistido en que no enviará tropas terrestres a Irak y el secretario de Estado, John Kerry, dijo el domingo que son los iraquíes quienes tendrán que luchar por recuperar su país.
"Son los iraquíes los que tienen que recuperar Irak. Son los iraquíes de Al Anbar los que tienen que luchar por Al Anbar", declaró en El Cairo.
En las zonas bajo su control, el EI cometió atrocidades que indignaron a la comunidad internacional, en particular las ejecuciones por decapitación de cuatro rehenes occidentales.
En el último número de su revista de propaganda, publicado este domingo, el EI se jacta de haber resucitado la esclavitud, al entregar a mujeres y niños yazidíes a sus combatientes como botines de guerra.
Los yihadistas piensan que los yazidíes, una minoría considerada étnicamente parte de los kurdos y con una religión propia, tienen creencias heréticas y aseguran que la ley islámica les permite esclavizarlos.
"Después de su captura, las mujeres y los niños yazidíes se reparten, siguiendo la sharia, entre los combatientes del Estado Islámico", reza el artículo.