El cuerpo primariamente identificado como el de Heriberto Lazcano Lazcano, líder del poderoso cartel de Los Zetas, fue robado el lunes, junto con el de otra persona por un comando armado de una funeraria en Coahuila, norte de México, informó el martes Homero Ramos, fiscal de ese estado.
En la funeraria del poblado de Sabinas "se presentó un comando armado cubierto el rostro y fuertemente custodiado el cual después de someter al personal, tomó los cuerpos los metieron en la carroza y los sustrajeron de las instalaciones", dijo Ramos en conferencia de prensa transmitida en vivo por la televisión desde Saltillo, capital de Coahuila.
La Marina de México había señalado previamente que según los estudios preliminares, las huellas dactilares y fotografías tomadas a uno de los cadáveres se corresponden con los de Lazcano, "El Lazca", un exmilitar que se había convertido en los últimos años en jefe de Los Zetas, uno de los más sanguinarios carteles del narcotráfico.
Ramos explicó que al momento de enfrentarse con los militares el domingo en un campo de béisbol, los dos hombres iban a bordo de una camioneta, donde quedó el cadáver del conductor, mientras que el acompañante cayó abatido al bajar del vehículo y tratar de huir.
"Uno de los fallecido fue identificado como Mario Alberto Rodríguez Rodríguez de 44 años de edad", mientras que la otra persona muerta no portaba identificación, indicó el fiscal.
La secretaría de Marina infomó de su lado en un comunicado de prensa que cuenta con las "huellas dactilares de los dedos pulgar, índice y medio, tomadas de la mano derecha de uno de los criminales abatidos".
En base a estas huellas se obtuvieron datos de que se trata de Lazcano Lazcano, nacido en 1975 y de 1,60 metros de estatura, precisó el boletín.
De acuerdo con el análisis de las imágenes fotográficas tomadas al criminal abatido "los rasgos fisonómicos coinciden con los de Heriberto Lazcano Lazcano", añadió la dependencia, que aclaró que "continúan haciendo pruebas".
Lazcano era uno de los narcotraficantes más buscados por el gobierno de México, que ofrecía una recompensa de 2,6 millones de dólares por su captura, mientras que Washington agregó 5 millones más.