Sin derecho a decir nada, ni advertir sobre posibles errores o equivocaciones; o sea, a tener que tragar entero, sin opción de cuestionar, disentir o reclamar, es el régimen que nos quieren aplicar los perdedores de las anteriores elecciones presidenciales en Colombia, con la justificación de que si votamos y ganamos "nos clavamos nuestro propio puñal", y ¡tome pa' que aprendan!.
Acostumbrados ellos por más de 20 años a obedecer a ciegas, sin criterio propio y como borregos, consideran que nosotros debemos hacer lo mismo.
Precisamente nuestro voto fue en contra del estilo subyugado, irresponsable y obediente que soportó e hizo oídos sordos a lo imperdonable, masacres y desfalcos sin decir ni nada.
Pero, al contrario, quienes le apostamos al ganador y ganamos somos diferentes, deliberativos y rebeldes.
Nuestro voto por Gustavo Petro fue racional y por tal motivo no es un cheque en blanco; estamos atentos y según los resultados nos reservamos el derecho a cuestionarlo y a exigirle si hay lugar a ello.
No hemos vendido nuestras conciencias ni hipotecado nuestros derechos y deberes democráticos, "el respeto a las libertades de opinión, de expresión, de pensamiento, de conciencia, de religión o raza, de asociación y de reunión; el derecho a la libertad de investigar y de recibir y difundir informaciones e ideas por cualquier medio de expresión..."; siguen intactos, lejos de permitir una autocracia en la que una sola persona gobierne sin someterse a ningún tipo de limitación y con la facultad de promulgar y modificar leyes a su amaño, semejante a lo que con disimulo unas veces y abiertamente en otras venía sucediendo y como es factible que vuelva a suceder, si es que el electorado se frustra, lo cual hay que impedirlo.
Por eso no estoy de acuerdo con gravar el ingreso de los pensionados y ocultar el impacto real de dicha medida.
Pues si bien es cierto, las pensiones hoy día no constituyen renta a partir de ahora lo serán, o sea que van a sumar igual que cualquier otro ingreso para ser gravadas con las tarifas que operan para las rentas superiores al límite de ingresos exentos.
Pero si además el pensionado percibe arriendos o cualquier otro ingreso y la pensión hace que supere el límite total de ingresos exentos, va a tener que pagar entre el 19% y el 39% por todos sus ingresos.
"Pero ese es el cambio, afirman algunos", como si haber votado por Petro nos obligue a aceptar sus errores sin chistar.
Es una equivocación dentro del cambio, digo yo.
Sin embargo, así y todo, con Álvaro Uribe y su equipo estábamos peor, recordemos que con una reforma constitucional nos suprimió la prima media, para quienes obtuviésemos nuestra jubilación a partir del año 2005 y elevó la contribución a salud del 4 % al 12%.
En consecuencia, lo que se haga bien en este gobierno no tendremos problema en reconocerlo, pero lo que no, jamás dudaremos en señalarlo.
*Exgobernador del Tolima