Vólmar Pérez Ortiz | El Nuevo Siglo
Viernes, 11 de Marzo de 2016

SU BICENTENARIO EN 2017

José Eusebio Caro

 

Por Vólmar Pérez Ortiz

A un año de la celebración del bicentenario del natalicio del grande hombre que fue José Eusebio Caro resulta oportuno recordar algunos rasgos de su vida, su personalidad y su luminosa trayectoria de periodista, parlamentario, pensador político y poeta excelso.    

En la antañona y señorial villa de Ocaña, “en amplia casa solariega, frontera al templo donde se reunirá diez años más tarde la Gran Convención”, nace un 5 de marzo de 1817 el poeta José Eusebio Caro, en el tronco familiar que fundaran Antonio José Caro y doña Nicolasa Ibáñez.

El niño José Eusebio, por las ausencias de su padre, permanece al lado de su culto abuelo Francisco Javier, quien muere en 1826. Su padre Antonio José ha quedado ciego y regresa al país en 1827. Desde entonces, se convierte en el amigo de su infancia, y el niño en su lazarillo a quien lee textos de los clásicos franceses y españoles.

A los 20 años egresa de la facultad de filosofía y jurisprudencia de San Bartolomé, donde obtuvo el título de bachiller. No quiso recibirse de abogado, ni ejercer la profesión. En 1840 se alista en las fuerzas legitimistas como alférez,  al lado del general Herrán,  contra las huestes de Obando. En 1843 se une en matrimonio con Blasina Tobar; ese mismo año es llamado a ocupar el cargo de jefe de la sección de relaciones exteriores y estadística nacional en la Secretaria de Estado a cargo de don Mariano Ospina.

En la administración Herrán, Caro es elegido Representante a la Cámara por la provincia de Bogotá, en cuyo escenario se engarza en célebre debate con su colega Julio Arboleda. El poeta descuella como periodista y se despeña como redactor en varios periódicos. Funda La Civilización con su amigo Ospina Rodríguez, desde donde libra resonantes batallas, algunas de las cuales le ocasionan amargos sinsabores, por lo que es retado a duelo.

El 4 de octubre de 1849, Caro y Ospina publican en La Civilización el primer programa del partido conservador, que servirá de guía y estandarte  a esta corriente de opinión pública nacional. En 1850, Caro se ve envuelto en un episodio judicial producto de un señalamiento al ciudadano José María Samper. Como no se deja notificar del veredicto, opta por refugiarse en los Estados Unidos, de donde regresa con fiebre amarilla en 1853, que le causa la muerte de manera prematura en Santa Marta.

La crítica especializada reconoce en José Eusebio Caro a uno de los grandes poetas de la lengua castellana. Su poesía es perfecta en la forma, con un gran dominio del idioma y de las reglas de la métrica. La de Caro es una poesía de “tonos sombríos y melancólicos”, que permite atisbar las angustias de un corazón herido por las penas. Hay quienes creen que su poesía tuvo alguna influencia metafísica, filosófica y nacionalista. Es parte de su formación. Como poeta romántico recibió la influencia de Byron, Hugo y Lamartine.