EL VERDADERO DEBATE
Paz y consenso nacional
Para la firma del acuerdo de paz el expresidente Uribe ha propuesto la realización de un consenso nacional, lo cual significa que él y la corriente de opinión nacional que representa podría hacer parte de tal consenso. En el último debate en el Senado, el expresidente se refirió a las colonias agrícolas como sitios eventuales para hacer efectivas las penas a imponer, y sobre la cuantía de las mismas no hizo ninguna observación. Asimismo, ha expresado su desacuerdo con la elegibilidad de responsables de delitos atroces y que el de rebelión sea conexo con el narcotráfico.
Este es el verdadero debate sobre el destino de Colombia y, por ello, no hay que preocuparse por su intensidad. Apelando a lo que dijera el doctor Álvaro Gómez en su momento, creo que hay que buscar un acuerdo sobre lo fundamental de los puntos básicos de la agenda que se viene discutiendo en La Habana.
Para ese efecto el Gobierno debe tomar con tranquilidad las observaciones que se le formulan al proceso desde distintos escenarios de la vida del país.
El debate alrededor de los principios de acuerdo que tiene la delegación del Gobierno con los voceros de las Farc, no es de poca monta. La tragedia que ha vivido el país con la violencia se refleja en la cantidad de víctimas inocentes, de desplazados internos, de desaparecidos, de secuestrados, que ha dejado heridas muy hondas y nada fáciles de restañar.
Hay que hacer un esfuerzo por tratar de salir de la noche oscura de esta violencia fratricida e irracional que lo único que ha traído es sangre y destrucción de bienes indispensables para la supervivencia de la población civil. La violencia nunca ha producido mayores estándares de justicia, decía Max Weber.
Por tanto, se debe obrar con cautela, sin precipitudes y explicarle con claridad al país el alcance de lo que se está acordando de manera tal que no haya equívocos en sus interpretaciones. Y así la opinión pública se podrá formar una opinión responsable.
Lo que está sucediendo con el punto de la justicia transicional no le hace bien al proceso. Debió construirse primero el documento que recoge el acuerdo para que fuera divulgado al tiempo con el comunicado para evitar el desencuentro que se presentó. Por su parte, hacen falta puntos que son de mucha complejidad y, unido a ello, hay aspectos pendientes sobre lo que ha sido acordado.
Ponerle término a la confrontación armada es lo deseable; es la mayor aspiración de todos los ciudadanos de bien. Por eso el acuerdo que se busca debe ser consistente y satisfacer adecuadamente los derechos a la verdad, la justicia y la reparación.
En Colombia persisten problemas endémicos para atender las necesidades básicas de nuestra población y obstáculos que es necesario remover para garantizar de manera efectiva la vigencia de los derechos fundamentales de los ciudadanos. La firma del acuerdo no es la paz. Hay que construirla entre todos.