Viendo llover y eligiendo a la decencia | El Nuevo Siglo
Domingo, 3 de Enero de 2021

Llevamos ya diez largos y tediosos meses de obligatorio confinamiento por culpa de una horrible pandemia, producida por el coronavirus y que nos ha obligado a barajar de nuevo nuestras prioridades. Ha sido un encerramiento cruel en contravía de nuestra propia naturaleza social. Hemos perdido la noción de las urgencias del tiempo. En este lapso gente importante nos ha dejado, como por ejemplo el maestro Armando Manzanero.

"Esta tarde vi llover, vi gente correr y no estabas tú", el himno más emblemático de su hermosa y extensa producción de más de cuatrocientas canciones y baladas. Fue grande entre los grandes como Lucho Gatica, Leo Marini, Hugo Romani y Pedro Vargas. Lo llamaron "el poeta del pueblo",

Supo, como pocos, identificarse con los sentimientos populares y quizás por ello logró cotas tan altas de reconocimiento universal. Le cantó al amor desde el corazón.

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En esta oportunidad no han  sido uno solo sino dos los espías que regresaron del  frío. Moscú los ha adoctrinado para conocer los secretos de la industria  y la infraestructura petrolera colombiana, especialmente los relacionados con la extracción y explotación de gas. Este elemento es vital para Europa y Rusia se ha encargado, por largos años, de suministrárselo.

Sin embargo  la utilización extensiva e intensiva del llamado fracking en los mares del norte, por parte de compañías británicas y estadounidenses  tiene preocupados a los soviéticos. Ellos consideran que una guerra tecnológica por los pozos de gas podría llegar a ser catastrófica para la Unión Soviética. El gas se ha convertido así en  el gran protagonista  en estos tiempos de coronavirus.

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Parece que la decencia ha regresado al panorama político de los Estados Unidos con el triunfo indiscutible  del demócrata Joe Biden. Con la promesa de arreglar todos los entuertos  que dejará la pésima administración de Donald Trump, seguramente la política mundial volverá a su  equilibrio habitual. La pesadilla está pues por terminar y lo que viene será una mejora sustantiva de Washington en sus actuaciones  con sus antiguos aliados.

La vida política de Biden ha sido modélica y sus  buenas intenciones tendrán buen recibo. Con nosotros ha prometido ampliar las ayudas de lo que ha venido otorgando  el Plan Colombia, al igual que un escalonamiento en la lucha contra el narcotráfico y, en especial,  contra  los narco-cultivos. La aspersión  aérea se intensificará al máximo y aquí se necesitará la colaboración de la Corte  Suprema para flexibilizar sus sentencias.

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Adenda. Hablando de decencia política, estos pandémicos días los hemos dedicado a leer las estupendas memorias de Barak Obama, que desde su  paterna Kenia se encumbró hasta el Salón Oval. Es el relato fascinante sobre las buenas prácticas en tiempos convulsionados.