Desigualdad de género
La especie humana anda cegada por el egoísmo, por los propios intereses de cada uno, cuestión que impide ver y reflexionar sobre tantas situaciones injustas de desigualdad de género, que lejos de decrecer, siguen aumentando. Las estadísticas nos dicen que hasta en los países ricos están apareciendo nuevos sectores empobrecidos, que antes no lo eran, y cuyo protagonismo lo alcanzan las mujeres y los niños. Tener un trabajo ya no es sinónimo de salir de la pobreza, lamentablemente la falta de respeto a los derechos de los trabajadores provoca situaciones deshumanizadoras, y la mujer continúa siendo la gran víctima. El bochornoso ejemplo de algunas empresas españolas que retrasan la creación de empleo a 2015 pese a ganar más, aparte de aminorar los salarios a su antojo, habría que ver la perspectiva de género que utilizan en favor de la igualdad de oportunidades, sobre todo con las personas más débiles.
El mundo debería tomar como referente las mujeres en Bangladesh, que han progresado como jamás durante las últimas décadas, colocando a este país del Asia Meridional a la vanguardia entre los menos desarrollados en materia de igualdad de género.La sociedad se está apartando de la idea tradicional que sostiene que las mujeres son una carga económica y que los hijos varones son más deseables que las mujeres. Estudios muestran que la creciente independencia de las mujeres es una de las principales causas de la disminución del fenómeno de la “desaparición de las mujeres" (el infanticidio por motivos de género) en Bangladesh.
En cualquier caso, cuesta entender que, en una sociedad del conocimiento, se permitan estas atrocidades, pero ahí están. Mientras la riqueza mundial crece en términos absolutos, aumentan igualmente las desigualdades, y la mujer sigue siendo la gran sacrificada, para castigo de todo el planeta.
Por desdicha, la mujer prosigue ausente en los circuitos de reforma, en planes mundiales de empleo, en temas que le vinculan como puede ser la mutilación genital femenina practicada casi siempre en menores, y que viola los derechos a la salud, la seguridad e integridad física, en cuestiones educativas y de formación. Al respecto, es una buena noticia que actualmente Unicefr trabaje en este sentido en veintidós países, y desde 2008 también colabore en el programa conjunto Unicef- Fnuap “la mutilación y la ablación genital femenina: Acelerando el cambio” en 15 países en el Oeste, Este y Norte de África.
La humanidad no debiera descansar hasta conseguir tolerancia cero en la desigualdad de género. No puede haber barreras entre unos y otros. Tenemos que propiciar la unidad entre los seres humanos más allá de toda división.
*Escritor