VÍCTOR CORCOBA HERRERO* | El Nuevo Siglo
Lunes, 30 de Diciembre de 2013

Un año que se nos va

 

A  punto de decirle adiós a un año difícil, comienza el 2014, con la desesperanza de pocas perspectivas y una silenciosa desesperación de muchas familias, que percibe nuestro corazón, a poco que uno sepa mirar y ver. Sin embargo, cuando todo parece irreparable surgen nuevas fuerzas. Esto significa que uno aún existe y que vive. En cualquier caso, además, uno tiene que pensar siempre la manera de sobrevivir. El primero de los pensamientos, indudablemente debe ir dirigido a los gobernantes, puesto que la dicha de una sociedad depende de sus guías, lo que requiere una elección profunda del pueblo para ser justamente guiado. Los gobiernos de todo el mundo han de prestar especial interés en las reformas que sean necesarias, pero su costo no lo deben pagar las personas con menos recursos, puesto que se debe asegurar que el Estado social prevalezca frente a otros intereses que están poniendo en peligro los medios de vida, el bienestar y las oportunidades de avance de millones de personas.

Los asuntos económicos deben supeditarse a los seres humanos, y la cooperación internacional debe estar aún más presente en la resolución de problemas que son globales para el planeta. Considero inaceptable el aumento del número de personas pobres, el incremento del desempleo o el empleo con salarios ínfimos, la falta de humanidad ante las personas que padecen y mueren en la miseria, la reducción del acceso a la educación y a los servicios de salud, y las carencias actuales en materia de protección social. No me sirve la justificación de la crisis, es fundamental tener presente que parte de la población se está enriqueciendo, mientras otra se empobrece como jamás. Algo falla, pues. A mi juicio, lo que ha quebrado es la falta de verdaderos líderes con ideas claras para luchar contra una sociedad que excluye, que no es equitativa, con una ausencia general de transparencia y de comportamientos irresponsables que claman al cielo.

Evidentemente, no deberían seguir en el gobierno de ningún país, aquellas autoridades corruptas, por mucho poder que ostenten, es la autoridad colectiva del pueblo la que ha de prevalecer sobre todo lo demás. Sin ir más lejos, en España el poder judicial, desbordado por los casos de corrupción, acaba de reclamar refuerzos. Algo verdaderamente desolador. Desde luego, se precisa una intervención más efectiva de parte de la ciudadanía en la lucha por los más desprotegidos, por ese bien general tantas veces convertido en interés de los poderosos.

La deshumanización de la humanidad es un grave riesgo que venimos corriendo en los últimos tiempos, a mi manera de entender, porque muchas de las decisiones han sido equivocadas. No hemos tenido visión de futuro.

Creo que todo lo que se precisa ahora es liderazgo para la acción. El mundo espera ese liderazgo. Uno de esos líderes, concretamente el Papa Francisco, acaba de ser claro en su discurso, "que toda familia pueda tener una casa". Ciertamente, resulta muy complicado sacar adelante la familia sin tener un techo donde cobijarse. Que se lo digan a tantas familias desahuciadas. Considero, pues, que el pueblo debe pedir encarecidamente que se responda a estos retos humanos, tan imprescindibles como justos. Dicho queda.

corcoba@telefonica.net

*Escritor