Vicente Torrijos R. | El Nuevo Siglo
Martes, 28 de Julio de 2015

“La guerrilla empezó a conseguir lo que buscaba”

PLANETARIO

¿Nuevo paro cívico?

 

EL  8 de julio, las Farc anunciaron un “cese el fuego unilateral por un mes”.  Deliberadamente, no hicieron ninguna alusión al “cese de hostilidades” que incluyeron en diciembre.

Palabras más, palabras menos, esto significa que se abstendrán de emprender operaciones contra la Fuerza Pública pero que se reservan el derecho de atacar a la población civil.

Y lo hicieron con un claro propósito: lograr del Gobierno un “cese bilateral”, o sea, la parálisis de las tropas que tanto les impiden el desarrollo de sus operaciones de control sociopolítico territorial.

Días más tarde, el 12, las partes produjeron el Comunicado Conjunto 55 en el que las Farc se comprometieron a “mantener” la suspensión unilateral de todo tipo de acciones ofensivas, dejando claro con ello que simplemente “mantenían” lo dicho el 8 de julio.

Lo cierto es que en ese comunicado la guerrilla empezó a conseguir lo que buscaba, pues, sabiéndose conminado a devolver favores en tan solo un mes, el Gobierno rompió su promesa de conceder la tregua solo cuando se firmara el Acuerdo Final y aceptó aquí la “posibilidad de dar inicio al cese bilateral” si entre tanto se dieran las circunstancias propicias.

Para que no cupiera duda, el 19 de julio el Secretariado en pleno dio la orden a sus estructuras y milicianos de “cesar toda acción de carácter ofensivo contra las fuerzas armadas del Estado y la infraestructura pública y privada”, excluyendo, sin inmutarse, a la población civil.

De tal modo, dejaban para sí las extorsiones, intimidaciones y movilizaciones forzosas como, por ejemplo, las que podrían derivar en un nuevo paro cívico nacional que, durante la primera o segunda semana de agosto, pondría al Ejecutivo en una situación tan azarosa, que no tendría más remedio que precipitar la tregua.

Tregua que, como se anotaba arriba, tendría que ser concedida por el Jefe de Estado antes del 20 de agosto pues las Farc necesitan por lo menos un mes, o mes y medio, para desarrollar, sin la presión de las Fuerzas Militares, su modelo de proselitismo armado mediante el cual pretenden controlar buena parte de las alcaldías basándose en franquicias, sucursales, o cualquier otra figura que les asegure el poder territorial con el fusil como testigo.

En definitiva, satisfacer a las Farc con el cese bilateral es la única posibilidad que tiene la coalición de unidad nacional para salvarse de la catástrofe electoral en octubre cuyo vaticinio se basa en los alarmantes porcentajes del Presidente en las encuestas.