VICENTE TORRIJOS R. | El Nuevo Siglo
Martes, 26 de Noviembre de 2013

¿Queda claro? (II)

 

7- ¿LE  queda claro al Gobierno que la negociación espuria que en su momento le otorgó privilegios al M-19 ya no puede repetirse, que no caben indultos, ni amnistías, ni suspensión condicional de las penas, ni piruetas y malabares por el estilo que promuevan y enaltezcan al terrorismo?

8- ¿Que, precisamente por lo espurias, tales negociaciones lo único que consiguen es sembrar entre los ciudadanos la sensación de que el terrorismo es rentable y que, en tanto más eficientes, innovadores y sofisticados sean al ponerlo en práctica, mejor recompensados estarán, aspirando, incluso, a cogobernar el país y reconfigurar su estructura constitucional?

9- ¿Le queda claro al Gobierno que el dogma aquel de “negociar en medio del conflicto” no es una patente de corso y que las Farc y el Eln no tienen excusa alguna para seguir reclutando niños, sembrando minas, manteniendo secuestrados en su poder, diseñando magnicidios y secuestrando directamente o por encargo?

10- ¿Le queda claro que las 'líneas rojas' de las que él mismo ha hablado, no son cortinas de humo que puedan quitarse o ponerse al antojo de las circunstancias porque sobre ellas descansa la gobernabilidad, la confianza social y el equilibrio entre los poderes?

11- ¿Le queda claro al Gobierno que en el caso del conflicto irregular colombiano no estamos hablando de simples tensiones o disturbios internos como los motines o los actos esporádicos y aislados de violencia sino de asuntos mucho más graves que, por ende, no pueden quedar sujetos a apetitos electorales, coyunturales, o a privilegios que atenten contra la dignidad de las víctimas?

12- ¿Le queda claro, entonces, que las víctimas son la razón de ser en un proceso de negociación y que son ellas y no los victimarios las que deben ser honradas y resarcidas bajo el más estricto y verificado compromiso de no repetición?

13- En definitiva, ¿le habrá quedado claro al Gobierno que hay algo llamado “crímenes de guerra” y que, por muy afanado que esté en firmar un acuerdo con las Farc y el Eln, no puede ignorar que quienes están sentados con él en la mesa, o fumando habanos en yates o en la playa, son peligrosos infractores que han cometido intencionalmente grandes sufrimientos y atentados contra la integridad física, la salud mental y la democracia de todos los colombianos?