VICENTE TORRIJOS R. | El Nuevo Siglo
Martes, 3 de Septiembre de 2013

El Estadista

 

Santos,  el Estadista, se apresura a gestionar un "Referendo de Paz" en medio del ensordecedor aplauso de su coalición pero pocas horas después sus contertulios de las Farc le quitan el impulso rechazando la iniciativa de un plumazo porque, claro, no quieren correr el riesgo del automático rechazo popular.

Ensillando caballos antes de comprarlos, Santos trata de iniciar su campaña-referendo por el "¡Sí a las Farc!" pero, mejor tahúr aún, Timochenko se anticipa y revela la carta que el Estadista le ocultaba al país, es decir, que la dichosa consulta estaba destinada a formar un Congresito con curules regaladas a las Farc para reglamentar los acuerdos firmados al fragor de la Navidad.

Santos, el Estadista, decide ignorar a la Corte Penal Internacional y redacta un Marco Jurídico que, a pesar del exquisito regalo que es, no solo resulta rechazado por los camaradas de La Habana sino puesto en su sitio por los magistrados de la Constitucional que dejan al Jefe de Estado sin mucho margen de maniobra para seguir derrochando impunidad y curules.

Con la mente puesta en las trágicas encuestas que vienen en camino, Santos, el Estadista, incurre en monumental mitomanía, se sumerge en la fantasía de que el paro nacional no existe y menosprecia a trabajadores y empresarios rompiendo el diálogo mientras conserva intactas las tóxicas negociaciones con los terroristas en la isla de los Castro.

Asimismo, el Estadista desoye a su propio ministro de Defensa y amansado ante las Farc para que le firmen un acuerdo, cualquiera que sea, se arropa en eufemismos y acusa de sembrar el caos en medio país, no a los terroristas que torturan y asesinan a nuestros soldados, sino a la Marcha Patriótica, que no pasa de ser la marioneta del ventrílocuo.

Por último, Santos, el Estadista, con la pesadilla que le producen los 9 muertos del paro, ordena militarizar el país para convertir a nuestras Fuerzas Militares en un vil ejército de ocupación, represivo y odioso, mientras anuncia diálogos, complacencia y concesiones para el Eln, ese sí, convertido de la noche a la mañana en auténtico ejército del pueblo: Ejército de Liberación Nacional.