Jekyll & Hyde
El presidente Santos ve cómo el país se le sale de las manos una y otra vez, reconoce que las Farc están detrás de las explosiones, pero se desvive por proteger a la organización subversiva clamándole que le firmen un acuerdo "de paz". Su ministro del Interior advierte lúcidamente que el Gobierno transita por un callejón sin salida pero el Presidente se encomienda el 20 de Julio a las Farc reconociendo implícitamente que su obra y su legado dependen de la camarilla de La Habana.
Tras varias semanas de caos y convulsión, el Jefe de Estado levanta la voz para asegurar que no permitirá desmán alguno pero sus palabras se diluyen en medio de la tormenta con que la subversión lo doblega y lo somete, haciéndolo cada vez más dependiente de las dosis de calma momentánea que le procuran y de la ilusión de paz en que lo tienen sumergido. Desesperado, el Presidente lanza órdenes a diestra y siniestra para que se controle el orden público y trata de mantener un clima de diálogo desgastando hasta al propio Vicepresidente en el intento, pues, al mismo tiempo, ensalza y endiosa a los culpables otorgándoles -con bendiciones procedentes de la propia Catedral Primada- el estatus político de interlocutores válidos en Cuba.
Semejante confusión, es decir, semejante trastorno disociativo de la identidad (o de personalidad múltiple) produce un grave clima de creciente ingobernabilidad pues no hay claridad absoluta sobre cuál es la amenaza, quién es el enemigo, y cuáles son los sectores que representan verdaderos intereses legítimos y legales. Dicho de otro modo, ese trastorno político presidencial es el que explica por qué el país se encuentra inmerso en un círculo vicioso sin antídoto: las Farc castigan con el caos al Ejecutivo y éste, en vez de perseguirlas, las premia, con lo cual, la conducta violenta se reproduce sin cesar en una pérfida lógica político-militar que convierte cada día más al Presidente en víctima de su propio invento.
De tal manera, la democracia sucumbe no tanto por los efectos inmediatos que seis u ocho semanas de conmoción y desorden producen sino por los resultados que finalmente arrojará una negociación con terroristas curtidos en el arte de la estrategia competitiva, quienes, con todo lo que están ocasionando en el país, tan solo están dando una leve muestra de lo que harán en realidad el día en que Santos les conceda el acceso al poder con impunidad garantizada.