Nuevo paradigma
“Hallazgos de la Familia cubana (Castro)”
Más allá de sus éxitos en oncología, Cuba se está convirtiendo aceleradamente en el nuevo paradigma de la democracia universal, una auténtica poliarquía de última generación definida por una convivencia consociacional envidiable.
De hecho, los Castro han descubierto que hoy día es posible descentralizar una economía controlada por el Estado y también han logrado demostrar que un gobierno puede llegar a permitir la iniciativa privada en la agricultura, así como en algunos servicios minoristas.
En otros hallazgos dignos de asimilación e implantación inmediata, la Familia le ha mostrado al mundo entero que es posible levantar restricciones a las libertades personales y, más sorprendente aún, que a los ciudadanos se les puede autorizar, bajo ciertas circunstancias y controles selectivos, que viajen al exterior y constaten que más allá de la Isla hay otros modelos de organización social y pensamiento.
Asimismo, el régimen ha sometido a diversos ensayos una práctica que podría cambiar para siempre el funcionamiento de los sistemas políticos, tal como los conocemos actualmente. Se trata de la libre compra y venta de carros y de casas que durante medio siglo permaneció como actividad prohibida.
Por otra parte, los dos hermanos han conseguido establecer que, llegado a los ochenta y cinco años, un gobernante promedio, líder de un partido-Estado, debería pensar de algún modo en su retiro y que sin necesidad de recurrir a un hermano, un primo o una esposa, todo régimen puede encontrar un sucesor (en este caso, el ingeniero Miguel Díaz-Canel).
Como si fuera poco, la Familia ha descubierto que en una auténtica democracia el papel de las mujeres suele ser importante y para ello exhibe como prueba incontrastable que Mariela, hija de Raúl ... ¡ha logrado llegar al Parlamento !
Pero el punto culminante de todos estos experimentos políticos ha sido revelar de qué manera un régimen incluido durante mucho tiempo en los listados de promoción del terrorismo podría salir de ellos felizmente.
En efecto, todo consiste en lograr que expertos (como James McGovern, o Adam Isacson), al amparo de organizaciones transnacionales (como Wola), siembren en la comunidad hemisférica la idea de que al prohijar una negociación como la del gobierno Santos y las Farc, un régimen como el de los Castro "ya no respalda el terrorismo, sino que ayuda a ponerle fin".
En definitiva, poco importa si lo que se busca es la impunidad total para los terroristas, que no dejen las armas, o que no reparen a las víctimas pues el hallazgo consiste, precisamente, en que si se firman acuerdos y se complace a los delincuentes, los responsables de semejantes logros deben ser aplaudidos, premiados y glorificados.