En el estudio de la lógica, uno de los asuntos que se considera es el de verificar el procedimiento que conduce a la certeza o verdad; temas que son de la vida en común; son importantes no solamente para asuntos legales, científicos o de cualquier otro orden que como se dijo atrás tienen que ver con la vida cuotidiana. Un principio que se usa es el que dice: consentimiento universal es fuente de certeza. En otras palabras si aquel existe sobre algún tema, lo más probable es que el asunto del cual se trata es cierto. El consentimiento que hemos podido percibir con la visita del Papa, es el de su aceptación por parte de los colombianos que por ser considerado como consentimiento es una señal de la certeza sobre las enseñanzas de la Iglesia; una es la verdad del papado como organismo legítimo y sobre lo que predica y enseña desde hace veinte siglos. El Papa su pastor, vocero y dirigente de más mil doscientos millones de católicos nos ha visitado y con la dignidad propia de todos los grandes dirigentes que ha tenido la Iglesia en sus veinte siglos de existencia ha traído un mensaje ecuménico que lo hemos oído con especial atención.
Lo que se pudo apreciar o por percepción directa o por medio de los sistemas de comunicación que hoy son una verdadera maravilla, el recibimiento que hicieron los colombianos fue de un total recogimiento, admiración y afecto hacia el Santo Padre. Quienes son un poco enemigos de las multitudes, se abstuvieron de ir a la calle 26 a saludar; sin embargo el orden que se observó por los canales de la televisión, los reconcilió con la manera de ser de los bogotanos, su devoción y compostura. Los impulsó a rendirle en persona tributo de admiración al no privarse de hacerlo al paso de los recorridos. Se fueron a la vera de las vías por las cuales previamente debería circular; en medio de orden y disciplina colectivas pudieron cumplir con su anhelo.
Su deseo de estar cerca de todos sus feligreses y también de los que no lo son, hizo de su gira la del verdadero pastor de este gran rebaño de colombianos, su grey. Consciente de que el mundo estará en el futuro en manos de los que hoy son los jóvenes, a ellos se dirigió en frases que no olvidarán por su contenido de aliento sobre su condición y del valor de sus realizaciones futuras. Este Papa ha conquistado el corazón de todos los colombianos, digamos mejor, de todos los que tuvieron la ocasión de escucharlo; ha dejado su impronta en ellos y la llevarán indefinidamente. Los malquerientes, si los hay, deben haber quedado sorprendidos con las manifestaciones de afecto, respeto y cariño hacia el Papa con las cuales se solidarizó el colombiano común y corriente. No es un Papa ni ilegítimo, ni advenedizo ni improvisado; ¿Verdad Dr. Galat?