Después de tres periodos consecutivos de gobiernos socialistas en Santa Marta, la pobreza extrema aumentó, las necesidades de nuestra gente se agudizaron y las estrategias populistas para maquillar este fracaso las fortalecieron para defender lo indefendible. ¿De verdad éste es el experimento que quieren implementar a nivel nacional? ¡Nos llevarán a un túnel sin salida!
Lo anterior lo evidenció el DANE, que en su reciente informe sobre pobreza monetaria en Colombia, a corte 31 de diciembre de 2019, desnudó la realidad en la que vive nuestra gente y el serio y preocupante retroceso que tiene la ciudad en materia social.
De 23 ciudades analizadas Santa Marta registró un índice de pobreza monetaria del 44%, sólo superada por Quibdó, Riohacha y Cúcuta y un lamentable 13,5% de pobreza extrema, quedando como la tercera ciudad más pobre de Colombia. Pero algo peor: el 74% de la población samaria vive en condición de pobreza y al mismo tiempo pertenece a población vulnerable. ¡Lamentable!
Si tomamos como referencia el primer día de gobierno socialista, el 1 de enero del año 2012, recibieron según el mismo DANE el índice de pobreza monetaria en un 38% y con tendencia a la baja, pero lo que pasó fue que en este tiempo aumentó 6%, muy a pesar de haber estrenado a Santa Marta por fuera de la ley 550, lo que les dio la oportunidad de manejar casi 1 billón de pesos de presupuesto por año. ¿Cómo podría explicar un gobernante o grupo político que con tres veces más recursos que sus antecesores, lo que hizo este modelo fue empobrecer a sus habitantes?
Siempre he manifestado la necesidad de preocuparnos, pero más bien de ocuparnos. El modelo implementado falló y los números no mienten. En Santa Marta urgen nuevos liderazgos que rectifiquen el rumbo de la ciudad y lo primero que debemos hacer es reconciliarnos entre nosotros mismos ante las evidentes rupturas en las que nos hemos adentrado.
Reconciliarnos significa un recambio generacional y de visión de ciudad, poner en el centro de la toma de decisiones el desarrollo económico con nuestro aparato productivo y gremial, creer en la apuesta privada con políticas públicas que respalden al sector empresarial y que a su vez impacte en la generación de empleo formal y de calidad.
Tenemos universidad pública acreditada, puerto marítimo eficiente, contamos con variedad de pisos térmicos, nuestra Sierra Nevada, el Parque Tayrona, zona de desarrollo para industria, condiciones de baja salinidad y humedad, conexión por modo férreo con el centro del país, vocación agroindustrial con banano y palma y otras ventajas que nos pondrían a pensar en que los indicadores de calidad de vida pudieran ser esperanzadores, pero para ello se necesita gestión pública.
No le temamos al recambio y a los nuevos liderazgos. Es ahí donde aparecen nombres como el de Norma Vera, César Mercado, Álvaro Méndez, Jimena Abril, Francisco Martínez, Andrés Vives y otros con condiciones para enarbolar las banderas de la verdadera lucha contra la pobreza. Es hora de avanzar, no podemos fallarle nuevamente a los más necesitados.
Twitter: @camilogeorge1