La pandemia de covid-19, adelantó hasta cuatro años lo esperado para la transformación digital. La telemedicina, el crecimiento de las aplicaciones de entrega y la automatización de los servicios diarios, son ejemplos básicos de eventos que se han acelerado para atender a la población.
La disponibilidad de profesionales, por otro lado, no estuvo a la altura de la demanda. En sentido contrario al déficit de profesionales de TI y otros mercados, más de 10,6% de la población colombiana sigue sufriendo a causa del desempleo, según cifras del DANE.
Basándose constantemente en los medios de comunicación y en discusiones internas de empresas de diferentes sectores, la falta de profesionales de la tecnología fue fuertemente impulsada por la cuarta revolución industrial.
En nuestros países es evidente la brecha de fuerza de trabajo, debido a que la cantidad de profesionales formados actualmente en la educación superior, técnica profesional y con niveles de inglés avanzados en Colombia, por ejemplo, en muchas oportunidades, no satisface la demanda del mercado, o las características que este requiere.
En el estudio Stack it up de Experis, marca de ManpowerGroup experta en talento especializado en IT y soluciones de tecnología, se evidencia que la demanda supera la necesidad, obligando a las compañías a tener procesos más lentos en cuanto a la transformación digital, esto relacionado directamente con el número de egresados en carreras o técnicas afines a STEM, es decir personas que desarrollan sus estudios en áreas afines a ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas.
En Colombia, por ejemplo, solo el 34% de los egresados están en estos campos mientras que, en países como México, Chile y Argentina, cuentan con al menos 42, 45 y 41% respectivamente.
La escasez de mano de obra tiende a ralentizar o detener los planes de las empresas, que se enfocan en la expansión y se dotan de aportes para proyectos de modernización. Es necesario incentivar a los jóvenes y mujeres, que representan una pequeña porción de los profesionales de TI debido al estigma y la falta de incentivos observados desde la infancia, a buscar capacitación en áreas afines.
Con un enfoque en la empleabilidad también es fundamental volver a capacitar a las personas que ya están en el mercado, dado el rápido rezago en las habilidades debido a la constante aparición de herramientas y técnicas más modernas.
Los problemas macroeconómicos impactan la disponibilidad y consistencia de los cursos y calificaciones, desde la infraestructura y el compromiso de seguimiento, hasta el apoyo financiero para evitar la deserción.
Estas iniciativas se convierten en inversiones cuando se considera el largo plazo: reducción de los niveles de desempleo, mejores condiciones sociales y económicas para una parte considerable de la población y el consecuente posicionamiento del país como referente en servicios TI.
Teniendo en cuenta que un gran porcentaje de las contrataciones requeridas son del sector tecnológico, se hace evidente que se necesita revertir la falta de calificación de los profesionales no solo para aumentar la oferta de profesionales, sino para seguir siendo competitivos, sin olvidar que esta capacitación debe estar acompañada por el fortalecimiento del inglés.
En el sector privado, derivado de la apuesta por la capacitación constante y el fortalecimiento de la cultura organizacional, surgen las universidades corporativas. Las empresas comenzaron a brindar capacitación interna y externa, con el objetivo de desarrollar profesionales y reducir el déficit de contratación.
Los programas brindan el soporte técnico necesario para la calificación de estos profesionales, aunque no pertenezcan a la empresa que ofrece el curso. De forma gratuita, se pueden ofrecer a cualquier persona interesada, con opciones para quienes no tienen conocimientos previos.
Las inversiones antes mencionadas aumentan los niveles de competitividad y alientan a otras empresas a implementar cambios para una asignación más ágil de los recursos humanos.
* Director Global de Recursos Humanos de Semantix