La tarea que enfrentamos los devotos de la no violencia es muy difícil, pero ninguna dificultad puede abatir a los hombres que tienen fe en su misión.
Mahatma Gandhi
Por Dios, que estigma tenemos los colombianos. Que karma estamos pagando. Aquí no cesa la violencia. Feminicidios, la violencia contra los niños, el asesinato permanente de líderes comunales y sociales, atentados, secuestros contra nuestra Fuerza Pública, asesinato de reinsertados de las Farc que firmaron el Acuerdo de Paz y en fin tenemos unos genes violentos que no hemos podido controlar.
Y a esto se agrega la irresponsabilidad de nuestros dirigentes, políticos, gremiales y sindicales que están llevando al país hacia otra gran confrontación y el gobierno, pareciera que tuviera la actitud del avestruz, su cabeza bajo tierra, buscando, lo que no se le ha perdido en la vecindad, mientras que aquí en su patio se le incendia la cocina.
Aquí todos somos responsables, por acción o por omisión, de lo que suceda: los de derecha, de izquierda, de centro, rojos, azules, amarillos o verdes, generan violencia en nuestro país, al utilizar epítetos, ataques, denuncias infundadas que exacerban los ánimos y generan zozobra.
Nada justifica la violencia, no más víctimas de alzados en armas, de bandas, guerrillas o lo que sea y menos aún del propio Estado que tiene que protegernos.
Increíbles las posiciones asumidas por quienes defienden los errores del Estado, justificando el bombardeo en el que murieron ocho menores de edad en el Caquetá, con la afirmación que desde el aire no se distinguen si hay menores o no, o que ellos son responsables por estar en campamentos terroristas, exculpaciones baladíes, porque el personero de Puerto Rico afirma que las autoridades ya sabían de que había menores en ese campamento.
En fin, serán las autoridades competentes que aclaren la situación. Pero a lo que me refiero es que no hay derecho a que los niños sean víctimas de delincuentes y del propio Estado. La obligación del Estado con los menores era rescatarlos sanos y salvos y de castigar a los autores y no decretarles la pena de muerte. Ellos son víctimas no delincuentes.
Por eso tras el debate sobre la moción de censura en el Congreso, promovida por el senador Roy Barreras, por la ineptitud del Ministro de Defensa, Guillermo Botero, éste renunció.
Y tienen razón los Indígenas del Cauca, los están asesinando, en presencia de nuestras fuerzas armadas en su territorio y en protesta organizan una marcha hacia la capital del país para exigirle al gobierno, no más presencia oficial sino más eficacia en lograr la pacificación de su territorio.
A esta convulsionada Colombia, poco ayudan los empresarios lograr acuerdos que permitan al presidente Duque y al Gobierno salir avante. Por ejemplo que tal la ANIF, que sale a proponer, baja en los salarios de los jóvenes, a un 75%, aumento del salario mínimo de solo $34.000 pesos revisión de la edad de pensión, en momentos en que la Ministra de Trabajo busca concertar con las centrales obreras.
No más radicalismos, no más fanatismos, no más violencia.