Syllalbus del acuerdo final | El Nuevo Siglo
Miércoles, 21 de Septiembre de 2016

En “Odios Fríos”, historia de Miguel Antonio Caro, que cuenta Gonzalo España,  aparece una frase que despierta  curiosidad: “Sus armas, los documentos papales, el Syllabus, o resumen de los errores del liberalismo, la encíclica Quanta Cura…”  Se asocia con el término ahora utilizado,  con pedantería,  para resumir el plan de estudios de cada asignatura académica,  resultando  útil, entonces, descubrir la historia de ese latinajo y la tarea revela que la Iglesia Católica lo adoptó para resumir un listado de yerros de la época moderna, por boca de Pio IX,  en estas palabras: “Syllabus errorum os nostrae aetatis” frase que traducida al leguaje común no describe otra idea que un  cúmulo codificado de errores.

Una asociación del latinajo con el tema de actualidad, el “Acuerdo Final” contenido en un texto extenso, que el 2 de octubre debe recibir el aplauso o la censura del pueblo , invita a puntualizar cual es el Syllabus de faltas que se advierten en ese arreglo formal con la insurgencia.

Para empezar, hay que reconocer que la extensión del texto puede obedecer a dos razones: o bien, se trata de una condición  propia de la idiosincrasia del pueblo y característica de los políticos: hablar “in extenso”. En palabras sencillas, hablar como Cantinflas. A este personaje así lo bautizaron porque solían decirle sus espectadores: “cuanto inflas”. Si, el acuerdo está inflado de palabras y puede ser por la razón expuesta, o porque  interesaba hacerlo confuso, bien para deslumbrar, o para vencer por cansancio al lector, como suele ocurrir con las sentencias de las cortes de justicia. El texto podría haberse sintetizado en una tercera parte de su espacioso contenido. Tanto “bla bla bla”, está siendo reemplazado por los mensajes breves del Whats App o del twiter. El recado corto penetra más en la conciencia, es mejor resumir que hablar carreta.

De otra parte, entre los seis puntos que contiene, se olvidó que el problema de la guerra tiene un nido que es ahora incubadora de rebeldía e injusticia, la situación de desamparo e indignidad que se vive en los centros urbanos. Este país por culpa de la violencia ancestral ha desplazado al campesino hacia la ciudad y este hombre ya no vuelve a su tierra natal.

Para asegurar la democracia no es suficiente todo lo que se dice en el acuerdo, hay que organizar herramientas efectivas: un Ministerio Publico que se ocupe de vigilar el cumplimiento real de los derechos ciudadanos, al igual que el Tribuno del pueblo; establecer en la Corte Constitucional una sala de jurados elegidos popularmente,  que resuelvan en conciencia los recurso contra las decisiones arbitrarias de ese cuerpo de legisladores ad hoc. No se puede olvidar  el derecho es ciencia y la justicia es conciencia. Conciencia del pueblo. La democracia es el control del poder por el poder, el poder del pueblo. Por ultimo: no solo hay que deponer las armas, también los odios encendidos.