Hace un par de días leí un anuncio de Fecode, la agremiación que “educa” a nuestros futuros profesores que van a “educar” a nuestros hijos, en el que incita al paro del próximo jueves porque el gobierno está proponiendo una reforma laboral que incluye un salario inferior al mínimo para los jóvenes, aunque Duque lo ha negado y las propuestas no son del gobierno sino de un gremio; una reforma pensional que privatizaría Colpensiones y eliminaría la pensión de los trabajadores como un derecho, lo que Duque ha desmentido y ha dicho que si algún día se discuten los temas pensionales será en la Comisión Permanente de Concertación de Políticas Salariales y Laborales; sostienen que el Gobierno estaría pensando en privatizar Ecopetrol, ISA, Cenit y otras empresas y, si bien es cierto que hay autorización de vender el 8.5% de Ecopetrol tal cosa no ha prosperado dados los buenos rendimientos de la empresa; y que el gobierno busca penalizar a los que protestan, cuando lo que hay que hacer es sancionar a los vándalos que destruyen la propiedad pública y privada.
Y a propósito: ¿porque no protestaron cuando el gobierno Santos prácticamente regaló Isagén, una magnífica empresa?
Antes de continuar me gustaría mencionar que la economía colombiana crece a buen ritmo, aunque aún mediocre, y que en Colombia no se está atropellando a nadie (excepto al exministro de Defensa) y que en el país sí se requiere una reforma pensional y que, como lo mencionó recientemente Ricardo Ávila, “tan solo uno de cada cuatro ciudadanos en edad de jubilación recibe una mesada. Peor todavía es que la mitad de esos pensionados se encuentran en el 20 por ciento más rico de la población o que tres cuartas partes de los subsidios que salen de las arcas públicas benefician al 40 por ciento de mayores ingresos. En contraste, el 20 por ciento más pobre apenas recibe el 4 por ciento de esas transferencias.”
Si toda la argumentación de Fecode es falsa y lo que se quiere es replicar lo de Chile, no hay explicaciones que valgan y como es un montaje del Foro de Sao Paulo y de las brisitas de Diosdado Cabello, no entiendo por qué hay voces que se unen a esa protesta en la que nos amenazan con piedra y fuego, al mejor estilo de las promesas de Petro. Un periódico titula y el monseñor, secretario de la Conferencia Episcopal confirma que ésta apoya el paro. Leí el comunicado y lo que dice es que se respeta el derecho de protesta, sin violencia ni vandalismo, y si apunta al bien común. E invita, sí, a orar por el país.
Problemas hay, y muchos. Pero Cortes y Congreso son como mulas muertas que obstruyen el camino. La Ley de Financiamiento la tumbó la Corte y ahora el Congreso quiere modificarla para restablecer la mermelada. La reforma a la justicia no ha sido posible sacarla adelante a pesar de los varios proyectos. Y una tasa de desempleo superior al 10 por ciento requiere una cirugía de fondo para que las empresas se formalicen, paguen impuestos y regularicen a sus trabajadores. Pero no es bloqueando al gobierno y paralizándolo con amenazas como se logra.
En los otros sindicatos hay gente sensata que es capaz de sentarse con gremios, empresarios y gobierno a dialogar sobre los problemas. Manos a la obra.
Coda: La alianza entre el PSOE y Podemos, tan elogiada en algunos medios colombianos, es el punto de partida para deslizarse al socialismo del siglo XXI. Dime con quién andas…