“Mayor error de Arias fue irse del país”
Quién hubiera pensado que el exministro Arias volviera Colombia a enfrentar el asunto de sus cuentas con la justicia. A pesar de los buenos entronques que él y sus patrocinadores tienen con el actual gobierno, a éste le toca enfrentar los detalles de la permanencia de Arias en Colombia. Un tema para atender el cual no es del todo grato, pero le toca por estar a la cabeza del poder ejecutivo, para atender este y otros catorces se posesionó.
Quienes hemos sido testigos de todo lo que le ha sucedido a Arias, tenemos la impresión que la pena que le fue impuesta ha sido bastante drástica y rigurosa. Podría decirse que muy alta. Es un buen muchacho, muy dedicado a su oficio como funcionario público y seguramente también en el sector privado. Se desempeñó como aspirante a la candidatura para proponer su nombre a la consideración de los colombianos y llegar a ser Presidente. En eso no tuvo suerte, pero tampoco en lo que debería haber hecho para lograrlo.
El uso del conocido AIS fue su perdición. Parece ser que ese sistema para financiar o hacer traslados sin aparente compensación por parte de los agricultores o propietarios con grandes propiedades de tierras, fue su tragedia. Tal vez se le olvidó que los procedimientos para mover a los electores son tradicionalmente objeto del escrutinio implacable por parte de sus conciudadanos. Él no fue la excepción y además, fue objeto de la malquerencia de mucha gente hacia su patrocinador Álvaro Uribe, adalid y jefe político como no se había visto antes uno igual. Pero haciendo memoria, Jorge Eliécer Gaitán también lo fue con un nivel con grandes y numerosos adeptos, pero también objeto de grandes y delirantes antipatías.
Esta observación es desde luego harina de otro costal. Pues se trata de comentar sobre hechos que han conmovido a la opinión nacional, dejando a un lado las altas cualidades del ciudadano Arias, que no son pocas. Las ha demostrado en sus cuestionadas actividades; no deseamos hacer uso de la sabiduría popular cunado dice que al caído hay que caerle y ayudar al que lo ha hecho caer. En sus relaciones con la justicia colombiana tuvo todos los recursos que ésta contempla para que quien siendo acusado, pueda defenderse con todas las armas legales que le son permitidas. Uno de los errores fue el de, una vez que se enteró que le iban a dictar sentencia, salir del país como manifestación de inconformidad. Ojalá se hubiera quedado a enfrentar su desacuerdo; pero resolvió más bien irse a un país amigo a ventilar su amargura; seguramente su situación legal no hubiera tenido un cambio, pero se le hubiera abonado y reconocido que enfrentó su suerte aquí sin tener que acudir a la protección de un país amigo.
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ENRIQUE GOMEZ HURTADO. Esta semana tuvimos la ingrata noticia de la desaparición de un gran colombiano. Sus virtudes de ciudadano conservador de altos quilates han sido exaltadas; nos limitamos a registrar su desaparición con altos sentimientos de pesar.