En esta última semana con la discusión generada por la sentencia de la Corte Constitucional sobre la eutanasia, muchos médicos expertos y especialistas en Dolor y Cuidados paliativos han comenzado a plantear opciones para el alivio efectivo del sufrimiento cuando este es insoportable.
Pienso que hablar de alternativas nos permite aumentar la baraja de posibilidades para las personas que padecen este tipo de sufrimientos y así centrarnos en el problema más importante que es cómo dar solución a quien ve oscuro el camino de la vida y no encuentra otra opción más que solicitar adelantar su muerte.
¿Qué es la sedación paliativa? Se define como la aplicación deliberada de medicamentos con el objetivo de disminuir el estado de conciencia (sedación) de la persona con la intención de aliviar el sufrimiento insoportable generado por síntomas como el dolor que no logra con todas las medidas existentes aliviarse, a esto se le conoce como síntoma refractario. Esta sedación puede ser intermitente, es decir, la persona puede tener momentos cortos de despertar, lo cual favorece procesos de despedida y cierre de ciclos con sus seres queridos, y también existe la sedación continua y profunda en donde la persona ya no siente ni percibe el sufrimiento y llega al momento del fallecimiento de manera natural. No se intenta prolongar la vida ni el sufrimiento solo que la muerte se presente de manera natural y, por otro lado, se diferencia de la eutanasia porque su intención no es generar la muerte inmediata sino aliviar el sufrimiento de inmediato.
Este tipo de sedación se puede realizar en domicilio, en el hospital o en centros dedicados a los cuidados paliativos porque requiere de profesionales capacitados en esto para generar una toma de decisiones adecuada y un manejo a la familia y del duelo de la mejor manera posible. Para mi esta alternativa permite a la persona y su familia hacer un proceso menos traumático, permite darle curso natural de la enfermedad y genera alivio de manera contundente de los síntomas insoportables y del sufrimiento.
Mi intención no es inducir a elegir un proceso u otro, desde lo más profundo creo que la mejor manera de tomar decisiones al final de la vida debe ser bajo la premisa de tener toda la información disponible y clara. Muchas de las personas que acompañamos con cuidados paliativos llegan pidiendo muerte con dignidad, pero se niegan a la eutanasia, por tanto, debemos ofrecerles alternativas para primero aliviar sus síntomas, escucharlos, acogerlos, acompañarlos en la toma de decisiones brindando toda la información y respetando lo que la persona decida. Creo que una de las intervenciones más importante de estos cuidados tiene que ver con la comunicación y la relación de ayuda que se genera entre la persona, la familia que los rodea y el equipo paliativo, que es un vínculo equitativo y humano, donde la compasión entendida como ser sensible al sufrimiento del otro y hacer algo para mitigarlo es el gran pilar su gran pilar.
Algunos optan por la aceptación y se dedican a disfrutar cada momento y a sus seres queridos hasta el final, otros deciden que no quieren sufrir por lo que optan por la sedación paliativa de una manera tranquila y a su tiempo, pocos deciden libremente seguir luchando contra lo inevitable a pesar del sufrimiento y una minoría eligen anticipar su muerte. Todos al final deciden y nuestra misión es acompañarlos en esa decisión pase lo que pase.