Salarios justos | El Nuevo Siglo
Miércoles, 1 de Enero de 2020

“Si los trabajadores luchan por mayores sueldos, se claman como beneficios sociales, si los empresarios luchan por mayores beneficios, esto es condenado como avaricia egoísta.”

AYN RAND

 

 

Difícil hablar en el país, de salarios justos, en medio de tanta inequidad. El empresario quiere cada vez, ganar más, asegurar diez veces más sus utilidades, mientras que el obrero, el trabajador, el asalariado cada año ve que su sueldo no alcanza para sus mínimas necesidades.

Las empresas de servicios públicos quieren ganar más y más con el visto bueno del gobierno, las de electricidad y del agua, que son servicios básicos son insaciables. Y no se diga de los banqueros, no tienen conciencia ni sentido social no se resignan a utilidades justas, normales y equitativas.

Pero en medio de esta voracidad económica, quiero resaltar la buena voluntad del gobierno, pero especialmente de su Ministra de Trabajo Alicia Arango, que hizo grandes esfuerzos por acercar el salario mínimo a las necesidades de nueve millones de colombianos.

Muy profesional, con sentido social y pensando en que hay que reducir la brecha. Otra cosa es que los empresarios no dan su brazo a torcer, y los banqueros menos, nada les pasarían si dejan de ganar un billón menos para acordar un salario justo, y es falso que con salarios bajos se aumenta el empleo. Eso no es cierto. La avaricia supera las expectativas.

De manera que pasaron por encima del interés nacional, del cincuenta por ciento de la población colombiana, cuyo salario le es insuficiente, porque más se demora en salir el decreto del aumento cuando los empresarios ya han subido el precio de sus productos y los servicios públicos, de propiedad de empresas extranjeras, suben las tarifas por encima del aumento de ese salario.

No entienden los empresarios son sordos, ciegos y mudos que es el trabajo el que les produce su riqueza y que hay que compartirla.

El trabajador entrega su alma vida y sombrero para responderle al empresario, pero este no reconoce ese esfuerzo humano, lo menos valora y menos precia, porque su objetivo es crecer y llegar a estar en la lista de los hombres más ricos del universo.

Un trabajador colombiano necesita para poder subsistir sin lujos, con las mínimas cosas por lo menos 1.800.000 mensuales y estamos muy por debajo de esa cifra de manera que la inequidad es latente y peligrosa.

En esta forma mezquina de remunerar el trabajo no habrá equidad social, buena salud y menos una alimentación sana, los trabajadores no tendrán acceso a una recreación justa para ellos y sus hijos y no se diga de la situación de nuestros campesinos, los que producen nuestra comida, cada vez son más pobres, los llevamos a ser paupérrimos, porque demás de que no les pagamos lo justo importamos alimentos transgénicos de mala calidad, lo cual los golpea mucho más.

Mientras que el salario mínimo suba a pie y la escalada alcista de todos los bienes y servicio en ascensor, no habrá justicia social.

En Colombia el pobre cada día será más pobre.

lorenarubianof@gmail.com