RODRIGO POMBO CAJIAO* | El Nuevo Siglo
Miércoles, 10 de Julio de 2013

Despacio. Org

Aparece  con inigualable éxito el Flashmob de la Fundación Despacio. Algo más de cuatro minutos de duración conmovieron las redes sociales la semana pasada.

La partida se jugó como corresponde: un experimentado Coro de la Universidad Javeriana se tomó un trayecto de Transmilenio para irrumpir con una bellísima melodía de  Mendelssohn y encantar a sus pasajeros.

Más de 130 mil visitas en youtube atestiguan esta experiencia social. El mensaje del proyecto es tan poderoso como el mensaje de la fundación que lo respalda: se trata, -dice la actriz y productora del Flashmob, Mónica Pardo Velez-, de patrocinar la idea del “tiempo justo”, de vivir más despacio que lo que el frenético tiempo de nuestra sociedad demanda y de armonizarse con uno mismo dentro del entorno comunitario.

Despacio es el emotivo grito de la sociedad contemporánea precisamente porque es lo que nos hace falta.

La tecnología nos ofrece comodidades inusitadas pero cuando nos dejamos controlar y manejar por ella nos deshumaniza, nos despersonaliza y enajena nuestras emociones y nuestras relaciones. Nos volvemos ajenos a nuestro espíritu para clavar nuestra mirada cada siete minutos en un celular y buscar en él lo que nuestra pareja, nuestros amigos, socios, estudiantes o profesores nos pueden brindar con mayor celo y concentración de manera directa y no a través de los “aparatos”.

Despacio es el lema del futuro porque es la necesidad del presente. Vivir dentro del tiempo justo de todas las cosas, vivir con armonía, con esclarecimiento, con calma y concentración es lo que se requiere porque es lo que estamos perdiendo a pasos agigantados.

Con ese experimento se comprobaron muchas cosas pero se me antoja resaltar aquella alegría, temporal y efímera, pero real y profunda, que una bellísima melodía puede ocasionar a un anónimo grupo de pasajeros de Transmilenio, quienes sin saber cómo ni cuándo, pasaron un rato agradable y ameno que contribuyó a calmar el estrés cotidiano y, por qué no afirmarlo, ayudó a recordar que en medio del frenesí, la ansiedad y la monotonía de las masas modernas, somos personas sensibles.

*Presidente de la Corporación Pensamiento Siglo XXI