RODRIGO POMBO CAJIAO | El Nuevo Siglo
Viernes, 28 de Junio de 2013

¡Sí a la revocatoria de Petro!

 

Por  un extraño sino trágico se cierne un velo de impunidad sobre los terroristas del ayer. En no pocas mentes nacionales, -sobre todo de aquellas que transitan por el oficio del periodismo-, galopa la idea de que investigar, criticar, oponerse o votar en contra de los gobernantes afiliados a las ideas de la izquierda es un acto, por un lado, desleal con los sucesos históricos, y por el otro, antidemocrático.

“¿Cómo vamos a criticar a los gobernantes de izquierda si ellos nunca han tenido la oportunidad de administrar la cosa pública por culpa de la exclusión política de las elites?”. Ese es el exiguo clamor de la defensa.

Cualquier investigación (disciplinaria, fiscal o penal) se asume como una afrenta contra los procesos de paz que amnistiaron al terrorista y le permitieron entrar a la vida democrática. Cualquier utilización de los mecanismos democráticos como la revocatoria de mandato, no es considerado como la forma civilizada y política de ejercer la soberanía popular sino como las maquinaciones de los grupos de elite social y económica para cerrarles las puertas a los innegables cambios revolucionarios que demanda nuestra sociedad.

Así las cosas y de ese modo se le cierran los espacios a la democracia, a la gente y a los organismos de control porque los de la izquierda, a pesar de que en apariencia aceptaron las reglas de juego, son intocables, pues su pasado delictual y su credo reivindicativo, violento y sangriento, aún hoy levantan adeptos que justifican la masacre cuando su prólogo es reivindicador.

Creo en la revocatoria de Gustavo Petro no porque advierta su ilegalidad en la contratación pública, porque su equipo de mando sea mediocre y no tenga la menor duda de lo que está haciendo; porque la ciudad no avanza sino que retrocede en inversión, empleo, seguridad, alimentación de menores, salud y educación. No porque nos haya mentido con promesas populistas como las de los mil jardines infantiles o porque Transmilenio esté intervenida por su pésima administración. Creo en la revocatoria de Petro por el simple hecho de poder ejercer por la vía pacífica y democrática mi derecho de decisión y, de ese modo, enseñarles a los violentos que el camino de las armas no es y nunca ha sido el adecuado.

*Presidente de la Corporación Pensamiento del Siglo XXI