Rodrigo Pombo* | El Nuevo Siglo
Sábado, 2 de Enero de 2016

ESQUINA AZUL

Dos preguntas, señor Presidente

“Ganó  política de todo vale por la paz”

 

 

De  las promesas originarias no quedó ni el recuerdo. Cuando empezaron las negociaciones con los terroristas se nos prometió que no cesaría la presión militar, ni los bombardeos, ni las fumigaciones, ni la extradición, ni se reformaría la Constitución Política, ni se cambiaría la institucionalidad; se nos dijo, además, que las víctimas serían el centro del conflicto y que la negociación, a pesar de darse entre iguales, se desarrollaría en el marco de la justicia transicional y dentro de lo mínimos cánones del Derecho Internacional.

 

Pasados tres años de negociaciones tenemos:

a.       Que todas las promesas sustanciales fueron incumplidas.

b.      Que el proceso duró mucho más de lo previsto con todos los efectos que ello implica.

c.       Se cambiaron las reglas de juego para alcanzar un plebiscito ilegítimo.

d.      Se Reformó la Constitución para entregarle poder Constituyente, ejecutivo, legislativo y judicial al Señor Presidente durante un año, so pretexto de implementar los acuerdos y garantizar su ejecución.

Total, ha ganado la política del “todo vale” en procura de la paz. Sin embargo y como quiera que el alto gobierno no ha definido de qué paz estamos hablando, es decir, no ha definido el norte de la negociación, surge el inaplazable interrogante: ¿qué tan pétreos o inmodificables serán los acuerdos pactados por el Gobierno en La Habana?

 

La pregunta cabe por varias razones: (I) El acuerdo se firmará con absoluta certeza pero ya que no tiene legitimidad popular su éxito dependerá de su implementación lo que se pretende sufragar entregándole omnímodos poderes al ejecutivo, aun cundo temporales. (II) El péndulo político -ya no digo en Colombia sino en el continente-, apunta hacia las políticas de derecha, ¿qué va a suceder si ellas no se acomodan a los postulados del Acuerdo? (III) El acuerdo nunca fue una política de Estado toda vez que por un discurso efectivista el Gobierno graduó de guerreristas a más del 70% de la población y al 48% del censo electoral, esto es, el gobierno disgregó innecesariamente a la sociedad. (IV) Con un plebiscito cuyo umbral es del 13% no se alcanza la mínima cohesión que una nación requiere en torno a tan singular momento histórico.

 

Así las cosas, ¿qué sucederá si una vez firmada “La paz”  las Farc no están de acuerdo con su implementación?

Twitter: @rpombocajiao

*Miembro de la Corporación Pensamiento Siglo XXI.