Robert Badinter | El Nuevo Siglo
Lunes, 26 de Febrero de 2024

 "A los grandes hombres, la patria agradecida", proclama el Panteón francés en su fachada. Allí reposarán próximamente los restos de Robert Badinter, exministro de justicia y expresidente del Consejo Constitucional,  al que el Estado y la sociedad francesa  han rendido por estos días un sentido homenaje.

Como lo recordó el presidente Emmanuel Macron en su discurso, el nombre de Badinter está ligado a hitos fundamentales que han marcado la historia reciente de las libertades y del Estado de Derecho en ese país. La ley de 9 de octubre de 1981 con la que Francia abolió la pena de muerte, es tal vez el  más conocido pero no es el único.  Durante el intenso debate que se dio en el parlamento a la propuesta de abolición, aquel afirmó que en una democracia el Estado no puede matar, y  reiteró  la frase de Jaurès : "La pena de muerte es contraria  a lo que la humanidad  desde hace dos mil años  ha pensado como más elevado,  y soñado como más noble. Ella es contraria a la vez al  espíritu del cristianismo y al de la revolución”.

La ley de 5 de julio de 1985 sobre los derechos de las víctimas, las reformas al código penal que llevaron a la eliminación del delito de homosexualidad, la abolición del Tribunal de Seguridad del Estado, la mejora de las condiciones carcelarias, son apenas algunos de muchos otros ámbitos en los que su convicción en defensa de las libertades jugó un papel cardinal. 

Como presidente del Consejo Constitucional entre 1986  y 1995 propuso  la posibilidad de reconocer a los ciudadanos el derecho a plantear el debate sobre la constitucionalidad  de normas ante dicho  órgano, hasta que finalmente  en 2008  surgió la figura de  la cuestión prioritaria de constitucionalidad, que él entendía como el complemento necesario a la que había liderado anteriormente como ministro de Justicia para que los ciudadanos franceses pudieran llevar sus asuntos ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

La lucha contra el antisemitismo y las derivas negacionistas, fue otro de los frentes que marcaron su vida. Esto evidencia la importancia de honrar la memoria y el legado intelectual de quien nunca dudó ni cesó en denunciar con firmeza y coherencia los delitos contra la humanidad y las tendencias autoritarias y totalitarias de cualquier extremo ideológico.  

En uno de sus últimos mensajes en redes sociales Badinter advertía que actualmente reviven en el mundo brasas de odio, y que nadie puede afirmar que la libertad y la fraternidad se han convertido en leyes universales, por lo que los hombres y mujeres que sostienen las nobles causas no pueden abandonar la lucha. La vigilancia, decía,  debe estar acompañada de  la fuerza de las  convicciones y  de la  pasión por la justicia, para combatir en todas partes y bajo todas sus formas, el racismo y el fanatismo.

Coda. La próxima semana, con la participación de ilustres profesores  y de los embajadores de ambos países,  la Asociación de Juristas Franco  Colombianos realizará un coloquio dedicado a la memoria de Robert Badinter  -accesible  en www.juristesfrancocolombiens.com -. El debate actual en el mundo sobre la pena de muerte, abolida en Colombia desde la reforma constitucional de 1910; la protección a las víctimas de accidentes de ruta, que entre nosotros sigue exigiendo esfuerzos denodados como los de la Liga contra la violencia vial; y la defensa integral de los derechos humanos, eje de nuestra actual Constitución, estarán dentro de los temas centrales de la jornada.

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