Al recorrer la ciudad, el Alcalde Mayor de Bogotá seguramente va pendiente del estado de las calles, de los parques, de la movilidad, de la seguridad y de las obras de desarrollo a las que se ha comprometido en su administración. Tratándose de un hombre inteligente, es imposible que no se dé cuenta que algo malo está pasando en la ciudad y que los bogotanos decepcionados están al ver la falla en su gestión, después de haberlo elegido y depositado su confianza en él para la Alcaldía y la administración de la capital de la Republica.
Las consecuencias de la condición en la que se encuentra Bogotá se ven reflejadas hasta en la finca raíz; no es sino transitar por la ciudad para notar los incontables letreros de “se vende” o “se arrienda”, independientemente de la ubicación, los cuales se multiplican a diario.
No estamos contentos con lo que viene ocurriendo en la ciudad, quizás tampoco en el país, y estamos ahogados en medio de la carga impositiva, la cantidad de contribuciones tanto nacionales como distritales y las medidas que restan valor al precio pagado, como las restricciones de pico y placa permanentes, en fin de semana y durante toda la jornada cuando los impuestos a vehículos los tiene uno que pagar completos.
En el caso del distrito, el aumento exagerado de los avalúos catastrales sobre los inmuebles y las llamadas contribuciones adicionales que nos están llegando a los residentes y propietarios de predios de Bogotá son insoportables e impagables. Muchos propietarios están optando por vender sus inmuebles ante la incapacidad de continuar pagando estos impuestos. Están llegando a casi acciones confiscatorias que no aguantamos más y que además no debemos tolerar los habitantes de la ciudad.
He conversado respecto del tema con muchos ciudadanos y hemos llegado a la conclusión de que el gobierno nacional debería liderar un proyecto de ley en el que se permita a los municipios que, cuando incrementan los impuestos en la forma como lo han hecho en Bogotá, el municipio proceda a comprar por el valor del avalúo catastral los bienes ante la manifestación de imposibilidad de pago del propietario.
Es tal el alza que han tenido, que muchos ciudadanos se han visto obligados a vender sus propiedades por debajo del avalúo catastral. Están estirando tanto la cuerda que la van a reventar. No hay consideración por el ciudadano. En otros aspectos como son las multas a los vehículos, hay abusos que la Procuraduría General de la Nación debería sancionar. Uno de ellos es el embargo que están haciendo a las cuentas bancarias de los propietarios de vehículos multados cuando ni siquiera han sido notificados de la existencia de la multa, violando las normas que establecen que el propietario deberá ser notificado con antelación.
Y así podríamos continuar comentando el mal estado de la ciudad. Que decir de los huecos en cada calle en una peor que la otra, o la inseguridad de la ciudad o tantos otros que están volviendo invivible la ciudad.