Rafael Nieto Navia | El Nuevo Siglo
Martes, 4 de Noviembre de 2014

Llegaron para quedarse

 

Cuando el país decidió que había que reelegir a Uribe, lo hizo porque era difícil conseguirle remplazo. Cuando eligió a Santos, lo hizo porque era el heredero designado por el propio Uribe. Para la reelección de Santos ya el país estaba dividido en partes prácticamente iguales, a pesar de la arrolladora propaganda gubernamental y del protuberante desequilibrio entre el Presidente-candidato y el de la oposición.

Hizo bien el Presidente, luego de la experiencia de la última reelección, en proponer que, de acuerdo con la tradición histórica, se prohíba la reelección presidencial. Esto no impedirá que, llegado el momento, el Gobierno haga toda la presión posible por el candidato de su partido y por eso se hace necesario tomar medidas complementarias, no solamente la prohibición al gobernante de inaugurar nuevas obras públicas sino, fundamentalmente, prohibir la propaganda oficial, que es la mermelada para dominar los medios, tres o cuatro meses antes de las elecciones.

En el resto de América Latina, en los países de ALBA y sus afines principalmente, la situación es distinta. Los presidentes son “democráticamente” electos indefinidamente. Esta es una herencia de los Castro, en el poder en Cuba desde 1959,  hace ya casi sesenta años. Hay un partido único y la oposición es aplastada sin misericordia. El caso de Venezuela, también gobernada indirectamente por los Castro, es típico: Chávez subió en 1998 y fue presidente hasta su muerte en 2013, luego de hacer aprobar una Constitución que permite la reelección indefinida. Chávez designó a Maduro como su sucesor y el PSUV lo eligió hasta nueva orden porque la oposición está en la cárcel.

En Bolivia la Constitución permite dos mandatos seguidos, pero Evo, que subió en el 2005, logró en el 2013 una ley que le permitía presentarse  para el período 2015-2020. Y acaba de ser reelegido.

En Ecuador la Corte Constitucional acaba de decidir que Correa, que subió en 2007 y fue reelegido en 2013, puede postularse de nuevo en el 2017, aunque la Constitución de 2008 (del propio Correa) habla solamente de un período de reelección consecutiva.

En Nicaragua se aprobó en enero de este año una reforma constitucional que permiteelegir al Presidente en primera vuelta y con mayoría simple de votos (sin balotaje). Eso le permitirá a Ortega presentar su candidatura para las presidenciales en 2016.  Gracias a una sentencia de 2011 de la Corte Suprema que le permitió presentarse como candidato, Ortega desempeña hoy su cargo como presidente en un tercer mandato.

En Brasil es posible la reelección inmediata y Rousseff  acaba de ser reelegida. Pero viene de Lula, también con dos períodos, lo que da cuatro periodos para el PT.

Estos presidentes han creado un sistema para quedarse ellos o sus partidos indefinidamente en el poder. Eso en Unasur lo llaman, sin ponerse colorados, “democracia”.

 

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Coda. El desempleo en Estados Unidos es del 6%, en Alemania del 7% y en Colombia, según el DANE, del 8.4%. Si usted cree eso, vaya y camine por la Avenida de Chile.