RAFAEL NIETO NAVIA | El Nuevo Siglo
Martes, 29 de Julio de 2014

Persecución religiosa

 

Mariam  Ishaq, una médica cristiana, acaba de ser recibida en audiencia privada por el Papa Francisco. La presión internacional, especialmente de los Estados Unidos e Italia, hizo que la justicia sudanesa la liberara. Había sido condenada a la horca  por haberse convertido del Islam al cristianismo, tras casarse con un cristiano. Además había sido castigada a recibir cien latigazos por el “delito de adulterio”, ya que su matrimonio no es considerado válido para la ley islámica. Ambas sentencias habían sido aplazadas porque estaba embarazada y dio a luz a su hijo en la cárcel.

En Pakistán, Asia Bibi, una mujer católica, casada con cinco hijos, está presa y condenada a la horca por “blasfemia”, una denuncia orquestada en 2009 por un clérigo musulmán por haber bebido agua de un pozo reservado a las musulmanas. El juicio se llevó a cabo en Punjab sin que Asia pudiera tener abogado. Ella, hasta hoy, se pudre en una cárcel aislada y sin ventanas porque, supuestamente, clérigos musulmanes han puesto precio a su cabeza.Por defenderla, fueron asesinados el gobernador de Punjab, Salman Taseer, y el ministro federal para las minorías religiosas, Shabhaz Bhatti. También en Pakistán el juez del Tribunal Superior de Lahore, Arif Iqbal Bhatti, fue asesinado en 1997 cuando emitió una sentencia absolutoria a dos niños cristianos, condenados a muerte por blasfemia en 1995 por un tribunal de primera instancia. El islamismo radical ha quemado la casa y amenazado de muerte al abogado Sardar Mushtaq Gill que defiende a los cristianos de la ley antiblasfemia pakistaní.

En Asia y África ser cristiano es, literalmente, jugarse la vida. Más de 100.000 cristianos son asesinados cada año y, en el mundo, más de 150 millones son perseguidos por razón de su fe. En Pakistán, Irak, India, Sudán, Egipto y Nigeria, entre otros, son incendiadas iglesias cuando los cristianos están en los oficios causando un número enorme de muertos.

No se oye, sin embargo, que las ONG o los organismos internacionales que se supone deben defender los derechos humanos, como la ONU, protesten o actúen para acabar con esa infamia, donde los cristianos son juzgados sin garantías ni pruebas y con testigos falsos, sólo por no ser musulmanes. (Con información de CitizenGo y HazteOír)

 

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Coda uno. Santos, personalmente, solicitó a su colega panameño la extradición de María del Pilar Hurtado. Aclaró que en Colombia no hay perseguidos políticos. Como la extradición es una figura judicial, la acción del Presidente parece indicar lo contrario. Y ¿qué decir de Luis Carlos Restrepo, Andrés Felipe Arias y el coronel Plazas, entre otros?

Coda dos. Mauricio Arroyave, director del programa “El Primer Café” del Canal Capital, fue censurado por Hollman Morris, gerente del mismo, quien exige que sólo se entrevisten amigos del alcalde. Es una táctica chavista de censura de prensa en un canal que financiamos todos los bogotanos. Vamos por la senda de El Tiempo (censura a Fernando Londoño), Cable Noticias (censura a William Calderón y Nassar Hassan) en Colombia. Ya sabemos cómo funciona el asunto en Venezuela, Argentina y Ecuador.