ATAQUE PLANEADO
La perfidia de las Farc
EL Derecho Internacional, los Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario (DIH) son ramas especializadas del Derecho Internacional Público. Desafortunadamente, después de más de cincuenta años de conflicto, no se estudian en las universidades y, hay que admitirlo, el nivel de las escuelas de formación militar en esta materia es bastante bajo. Por eso no sorprende que cada vez que se presenta un incidente como la muerte de los soldados en Buenos Aires, Cauca, se oigan comentarios, incluso de gente que se supone que debe saber de qué habla, que demuestran la ignorancia del tema. Por ejemplo, se dijo que hubo un crimen de lesa humanidad. Estos crímenes se cometen contra la población civil y no contra personal militar. El ataque en Bojayá, Chocó, en mayo de 2002 y el asesinato de los 11 diputados del Valle en julio de 2007 fueron crímenes de lesa humanidad. Dijo el Fiscal que el uso de armas no convencionales constituye una violación de los “métodos” prohibidos por el DIH. Las armas son un medio, no un método. Método tiene que ver con la manera de llevar a cabo las operaciones militares y, ciertamente, hay métodos prohibidos.
Entre los métodos prohibidos están los ataques indiscriminados (que involucran población civil), el terror, las represalias, los daños al medio ambiente, los ataques a obras que contienen fuerzas peligrosas como una represa, el pillaje, no dar cuartel (lo que Bolívar llamaba la “guerra a muerte”), la toma de rehenes (que no es lo mismo que hacer prisioneros) y la perfidia que es el engaño de mala fe al enemigo, como la simulación de persona protegida (camuflarse de civil), utilizar uniformes, banderas o signos falsos de identificación, engañar con la bandera blanca y matar o herir a traición, como cuando se usan francotiradores. Dicho de otra manera, la perfidia implica el uso de métodos de guerra que encierran un alto contenido de engaño y de mala fe. No debe confundirse con las estrategias normales en el curso del conflicto.
En diciembre pasado las Farc anunciaron un cese el fuego unilateral. Eso quería decir que ese grupo se abstendría de atacar a las Fuerzas Militares. Ante este anuncio, es obvio que los soldados, como se dice coloquialmente, bajaran la guardia aunque no hay duda que es un grave error militar dejar sin vigilancia y sin trampas caza-bobos los campamentos, como parece que sucedió en Buenos Aires, Cauca, lo que debe ser investigado por los Altos Mandos. El ataque durante un cese al fuego, planeado y nocturno con francotiradores es un acto de perfidia y constituye una infracción grave al DIH cuyos autores deben ser sancionados como corresponde.
Hay que revisar la enseñanza del DIH en las escuelas de formación militar y para jueces y fiscales. Pero, sobre todo, defender a nuestros soldados de una justicia que, aupada por ciertas Ong, los persigue como alimañas.
Coda: La presencia de fuerzas antimotines en La Conejera es un abuso de poder y quien la ordenó debe ser sancionado.