RAFAEL NIETO NAVIA | El Nuevo Siglo
Martes, 11 de Diciembre de 2012

Del asno, el buey y la estrella

 

Escribo  el día de la Inmaculada Concepción.

En el mundo hay unos 1.7 miles de millones de cristianos, de los cuales 1.2 son católicos. Como la población mundial está entre 6 y 7 mil millones, los católicos son alrededor del 25%.  Descontados chinos, hindúes y musulmanes, los católicos son mayoría en el resto del mundo, en particular en el occidental. Sin embargo, la Santa Sede está preocupada porque en los países económicamente más avanzados, el cristianismo en general está en receso y aunque muchos se siguen llamando cristianos no son en absoluto practicantes. En cambio, los “enemigos” de la Iglesia han crecido mucho y la atacan descarada e injustamente. La verdad es que los cristianos llegaremos a ser pocos, “un resto” para usar la expresión bíblica, aunque “las puertas del infierno no prevalecerán” contra la Iglesia.

De los enemigos del hombre, que según el catecismo, son el mundo, el demonio y la carne, el mundo es el que más contribuye al fenómeno porque son sus halagos los que hacen que los cristianos perdamos la dirección. No es que el dinero, los medios, la TV, los smartphones y tantas otras comodidades sean malos en sí, es que los hemos convertido en dioses.

Una prueba de todo lo anterior es el tratamiento superficial que algunos medios dieron al libro de Benedicto XVI, La Infanciade Jesús. Lo que les preocupó, aunque no sé si ese verbo sea el correcto, fue que el Papa dijera, en lo que él llamó “pequeña divagación”,  que el asno y el buey no aparecían en parte alguna de los Evangelios. Tampoco aparece que los magos fueran tres, ni que se llamaran Melchor, Gaspar y Baltasar. El asunto no tiene importancia, pero la tradición cristiana menciona los animales y hay razones lógicas: el pesebre es el sitio donde se resguardan los animales y quizá hubiera algunos. Pero, además, pienso yo, el viaje de Nazaret a Belén para una mujer embarazada de nueve meses no debió ser fácil. José era un artesano y es posible que tuviera los medios para conseguir un asno para que la Virgen se moviera en él.

En cuanto a la estrella, que algunos medios dijeron que el Papa la había desaparecido, no es cierto. El Papa lo que dice es que pudo no haber sido una “estrella” sino, por ejemplo, una conjunción de astros. La “estrella” guió a los magos hasta Belén.

 

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Coda. La CIDH ha anunciado con bombos y platillos que retirará “provisionalmente” a Colombia de la “lista negra” y del capítulo IV de su Informe en el que aparecemos consuetudinariamente con Cuba, Honduras y Venezuela. No es de agradecerle tanto porque Colombia no es hoy, ni de lejos, uno de los países más violadores de los derechos humanos, y la CIDH se limita a obedecer “recomendaciones” del Consejo Permanente de la OEA que considera que las “listas negras” violan el principio de la igualdad de los Estados, vertebral en esa organización.