RAFAEL NIETO NAVIA | El Nuevo Siglo
Martes, 13 de Noviembre de 2012

Alcalde: venga a vivir a Bogotá

 

Señor  Alcalde: Bogotá, con casi quinientos años de fundada, es una ciudad  que tiene norte, sur, este y oeste y no solamente sur. Por cierto los del norte son los que pagan la mayoría de los impuestos. La ciudad tiene más de siete millones de habitantes: unos quinientos mil raizales, unos tres millones nacidos aquí y el resto inmigrantes -siempre bienvenidos- como usted que viene de Ciénaga de Oro. Nosotros no podemos tener un caño de Aguas Prietas como allá, porque a pesar de los miles de millones que se han metido a la supuesta purificación del río Bogotá, no se ve ningún progreso. Por sus márgenes debe transcurrir la proyectada avenida Aló. Usted dice que por ahí debe meterse lo que sus asesores llaman con tanta gracia “metro ligero” que en el resto del mundo se llama tranvía. Y otro por la carrera séptima, tan querida de los bogotanos, hoy convertida en un chiquero y una de las zonas más peligrosas de la ciudad. Los vendedores ambulantes la tienen invadida como al resto de la ciudad. En la Avenida de Chile ya están llegando a la carrera séptima, al flamante “centro financiero”. Esta es la capital del país ¡qué vergüenza! Alcalde, por favor, no vaya a usar las viejas líneas del ferrocarril para poner tranvías porque no pasan por zonas de alta densidad y porque, cuando la ciudad tenga buen gobierno, se hará el tren de cercanías. El TransMilenio es un buen sistema pero, a pesar de lo convenido, las vías paralelas están llenas de busetas y microbuses. Pero ¡qué importa! al fin y al cabo los que se perjudican con eso son los oligarcas de carro privado. Si usted viene, notará que las calles están llenas de cráteres y, a falta de estos, de alcantarillas sin tapa que son robadas y, según dicen, llevadas a  Neiva, pero nadie ha hecho nada. A propósito de alcantarillas, ojalá la Empresa de Acueducto cumpliera con sus deberes, pero no podrá porque usted la va a poner a recoger las basuras. Quizá en la época nefasta de la Edis usted estaba en otras cosas y no vivió ese desastre: nos ahogamos en las basuras y la corrupción. Entre las busetas, los cráteres y el desorden es prácticamente imposible transitar. Eso se arregla, por supuesto, invirtiendo en autopistas urbanas y en un metro. Mientras tanto, traiga a su “secretaria de la inmovilidad” para que se dé cuenta de que si se evita que la gente parquee en las arterias y bloquee las intersecciones, la cosa puede mejorar mucho. Y que la policía vigile esas infracciones en vez de charlar en las esquinas. Si usted y sus funcionarios vienen a vivir a Bogotá quizá se active su imaginación para solucionar tantos problemas que el limitado espacio de esta columna no alcanza a enumerar.

 

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Coda. Con paro o sin paro la justicia no funciona: está siempre en paro. ¿De qué nos preocupamos?