ATALAYA
El Petro caos XVIII
La semana pasada, en medio de la crisis económica, social y política que atraviesa Grecia por cuenta de la irresponsabilidad de los sucesivos gobiernos de izquierda, el canciller español en una intervención en el seno de la C.E.E le cantó la tabla al joven Alexis Tsipras diciéndole que: “Hasta cuándo usted, señor Tsipras, abusará de la confianza que depositó en ustedes toda Europa en el momento de desembolsar los créditos. ¿Dónde están los dineros que le prestaron los jubilados y las familias españolas? ¿Hasta cuándo la izquierda que gobierna más que por las palabras que por sus actos, abusará de la confianza de los europeos. De la buena fe de los europeos”.
La anterior introducción para dejar la siguiente pregunta a los bogotanos: ¿Para qué nos han servido a los bogotanos los doce años de la izquierda en el poder bogotano?
La respuesta es muy sencilla: Para caer en el Petro Caos.
Los resultados de doce años de los sucesivos gobiernos de izquierda en Bogotá son más que evidentes. De los comedores comunitarios de Lucho Garzón, pasamos al carrusel de la contratación durante la alcaldía de Samuel Moreno de la cual la Sra. Clara López era su secretaria pero no vio nada, como el elefante, para terminar con Petro Gustavo con una Bogotá inhumana insufrible, invivible por donde se la mire.
Una Bogotá inhumana donde los conflictos sociales están a la orden del día porque esa es la manera de gobernar de la izquierda, en permanente conflicto. ¡En pie de lucha!
Conflictos de todo tipo: con la afición taurina, con los operadores de Transmilenio, con las basuras, con las mafias de la contratación, con la revocatoria de su mandato, con el POT.
Una Bogotá inhumana donde las paredes de las casas y de los locales ubicados en el centro o por la Avenida Caracas o en cualquier lugar se encuentran pintadas.
Una Bogotá inhumana donde no se respeta nada, ni a nadie. Ni a la autoridad. Ni los monumentos. Pobre Américo Vespucio. Ni los parques públicos que han sido tomados por el microtráfico para vender marihuana a nuestros jóvenes quienes caen en el consumo sin ningún tipo de prevención. Antes de prevenir el consumo, la alcaldía de Petro Gustavo lo incentivó.
Una Bogotá inhumana donde las iglesias católicas están amenazadas por los graffitis en sus paredes.
Finalmente, sería relevante que los actuales candidatos al Palacio Lévano alertaran sobre el enorme déficit económico que dejará el legado de Petro Gustavo.
Porque, al igual que los griegos, seremos los bogotanos quienes tendremos que pagar con nuestros impuestos la irresponsabilidad de los sucesivos gobiernos de izquierda en la Bogotá inhumana.
Cuando terminaba, me acordé de Alanis Morísete: Of the mess you left when you went away. ¿Hasta cuándo los bogotanos permitirán la Bogotá Inhumana?
Puntilla. Con el asesinato de Nacho Londoño, el fin del fin para el caso de AGH.
@ragomezmar
*Miembro de la Corporación Pensamiento Siglo XXI