RAFAEL GÓMEZ MARTÍNEZ | El Nuevo Siglo
Jueves, 19 de Enero de 2012

¿Petro sin salida?

Como el tema de Petro nos ocupará varias columnas de opinión y como yo suelo ubicar similitudes de personajes históricos o literarios con mis personajes, decidí que Aureliano Buendía es el nombre más adecuado para Gustavo Petro. Aureliano Buendía es el segundo hijo de José Arcadio, quien comanda un ejército revolucionario para luchar contra el régimen conservador en la obra de García Márquez Cien años de soledad.
Gustavo Petro, a su vez, hizo parte del M-19, un grupo guerrillero que luchó contra el sistema democrático. Ese movimiento sembró el terror en Colombia durante casi dos décadas hasta cuando en 1991, después de secuestrar a Álvaro Gómez Hurtado, se llega a la Constituyente.
La Constituyente de 1991 fue uno de los aportes más importantes de Álvaro Gómez en su vida política. Tan así que Gustavo Petro hace referencias a él y Navarro Wolf también.
Unas semanas antes de la toma del Palacio de Justicia, el comandante Aureliano, del M-19, quien luchaba contra el régimen conservador del momento, montó una serie de “cambuches” con sus partidarios en las afueras de la Plaza de Bolívar. La consigna era: Colombia se mueve, con el M-19.
Diría José Arcadio: “Quién se imaginaría que tiempos después quienes nos defendieron ese día ‘por la democracia, maestro’ están en la cárcel y quienes nos atacaron, algunos de ellos, se encuentran gozando de las mieles del poder y otros fingen de pastores”.
Dicen los taurinos que desde el primer toro se sabe cómo será la corrida. Los primeros anuncios de Petro no permiten visualizar algo bueno de su gestión como alcalde. Y denotan una ignorancia infinita sobre los temas esenciales para la ciudad, como bien comenta Peñalosa.
Otro handicap es que a Petro solamente lo eligió 30% de los bogotanos. Petro arranca con 70% de bogotanos, como yo, que no votamos por él. A quien debería conquistar es a esa franja de 70% y eso no se logra a punta de “pura paja”, como dice María Isabel Rueda.
Ni contra las corridas de toros. “Toros sí, Petro No”, gritaban en la plaza de la Santamaría. Comenzó mal porque de entrada ya se enemistó con 200.000 personas que van a la temporada taurina en Bogotá.
Sin quererlo, Petro se encuentra como en una corrida de toros. Y cuando las corridas de toros no salen bien desde el comienzo, la tarde se vuelve larga y tediosa. Y si el toro no embiste, recula como Santos, que salió sin casta, se rajó y se fue para las tablas.
¿Petro sin salida? No necesariamente. A Petro solamente le queda una salida. Y esa salida es hacer las cosas bien, sin “chambonadas”. Y sin las provocaciones demagógicas de la izquierda.
Puntilla. ¿No resulta irónico que Petro defienda los espectáculos por la vida pero, a su vez, defienda el aborto para los humanos? Al igual que Camilo Sánchez.