Negar la verdad
Sobre J. Goebbels se dicen muchas cosas. Una de ellas que fue el gran promotor de la ideología nazi. Gracias a Goebbels, la doctrina nazi se impuso con base en una serie de lo que hoy llaman estrategias de comunicación política que sorprendieron a más de uno. Con Goebbels nace el concepto ideológico el cual establece que una mentira dicha cinco veces seguidas se convierte en una verdad.
El mundo de los nazis fue un mundo lleno de mentiras para engañar a un pueblo hambriento que venía de una profunda crisis originada, en gran parte, por los altos costos económicos generados por la firma del Armisticio del Pacto de Versalles donde unos generales, a escondidas del pueblo alemán, firmaron la rendición y la posterior humillación de Alemania.
Esa humillación alemana produjo la ira de un joven sargento que combatió en las trincheras del sur de Alemania durante cuatro años. En la medida en que la crisis económica de Alemania se hacía más profunda, se volvió famoso con sus discursos en la cervecería de Baviera. Ese joven sargento era Adolfo Hitler quien tuvo en Goebbels a su mentor.
Una de las mentiras con las cuales hemos convivido los colombianos consiste en negar sistemáticamente que el Proceso 8.000, en el cual ingresaron dineros del narcotráfico a la campaña del entonces candidato Samper Presidente, no existió. “Todo fue a mis espaldas”. Lo recuerdo como si fuera hoy.
De tanto repetir esta negación el pueblo colombiano se quedó con la duda de si el señor Samper sabía o no sobre el origen de ese dinero. Sin embargo, apareció una nueva prueba en el libro de Andrés Pastrana, Memorias olvidadas. Una carta de los Rodríguez Orejuela, nada más ni nada menos, afirmando que sí. Que sí ingresaron los dineros y que sí sabía.
¿No será tiempo de que el Partido Liberal y sus protagonistas confiesen y pidan perdón a los colombianos por el episodio del Proceso 8.000? Primero con Pablo Escobar, luego con los Rodríguez.
Pero no. Sale Simón Gaviria a decir en el portal Kienke, que el país debe pedirle perdón al expresidente Samper. Ahora le salimos a deber. ¿No debería ser al contrario, Simón?
Para rematar el juego de las mentiras, los niños de Iván dicen que la muerte de 9 soldados, incluido un mayor del Ejército y dos civiles en Inzá, Cauca, es producto de la negociación.
Le aprendieron muy bien a Santos. Van cerca de 400 familias en el 2013 que han sufrido la pérdida de sus seres queridos por cuenta de la humillante negociación en La Habana. Pero a nadie le importa. Sigamos negociando.
Puntilla 1. Mandela pasó 27 años en la cárcel, depuso la violencia y pidió perdón a la sociedad. ¿Los niños de Iván estarán dispuestos a ello?
Puntilla 2. Los mismos que lloran la destitución de Petro se pusieron felices cuando el mismo Procurador destituyó a Andrés Felipe Arias.