RAFAEL GÓMEZ MARTÍNEZ | El Nuevo Siglo
Jueves, 24 de Octubre de 2013

ATALAYA

El basilisco

El  basilisco, según Laureano Gómez, era un monstruo mitológico que reproducía la cabeza del animal en varias cabezas para formar un ser amedrentador y terrible del cual se decía que mataba con su mirada.

Nos encontramos en octubre del 2013, ad portas de cumplirse 18 años de impunidad del asesinato de AGH y una campaña electoral que, con las balas de las Farc, el basilisco mayor, más el asedio a Tumaco, llevan 25 días sin luz por la destrucción de una torre de energía, junto con las voladuras al oleoducto y los secuestros del Eln, el hijo menor, pondrán al Gobierno de JMS, que perdió la vergüenza, arrodillado y humillado.

Me pregunto si el Régimen del que se comentó antes del vil asesinato de AGH al frente de su Universidad Sergio Arboleda, no estará más vivo que nunca.

Al parecer, las ráfagas de AGH fueron en vano porque desde entonces la sociedad colombiana está más enferma que nunca por tres factores: porque se alejó de Dios, porque la sociedad colombiana perdió la vergüenza y porque se está perdiendo la institucionalidad del país a un ritmo pavoroso.

Algo similar sucedió durante la República de Weimar, la cual incubó todos los males que llevaron a la nación alemana hacia el totalitarismo de Hitler.

A su vez, el gobierno de JMS incuba, día tras día, todos los males que nos llevarán al totalitarismo castro-chavista. El proceso de paz en La Habana hace parte de ello.

Este proceso de deterioro institucional hace parte de un juego perverso diseñado por el basilisco mayor, el Régimen. No se engañen. Todo está fríamente calculado. Como lo calculan las sociedades secretas. Todo secreto. Como las reuniones entre Soros y JMS en NY, bien entrada la noche.

El proceso de deterioro institucional se ve reflejado en la detención de más de 10 funcionarios de la justicia que vendían los procesos judiciales. Si esto pasa en ese nivel, qué no pasará en las altas Cortes.

A nadie le importa, por ejemplo, que cerca de 400 familias hayan perdido a sus seres queridos en lo que va corrido del año por cuenta de los cruentos ataques de las Farc y el Eln a los humildes soldados y policías que dan la vida por la rancia sociedad colombiana.

Pacho Santos, el bueno, hizo un plantón en nombre de las víctimas pero a nadie le importó. Cuando los pueblos son indiferentes, se merecen su destino.

La descomposición social es de tal magnitud, que a una joven en Cali le “clavaron” más de 90 puñaladas, ¡90! ¡Por Dios! Qué sociedad se permite esto.

Mientras toda esto sucede el vil asesinato de AGH, en la impunidad. Como decía AGH: “Un país sin justicia, es un país sin esperanza”.

Puntilla. Asesinan a un concejal del Partido Conservador. ¿Plan pistola? Al Senado Ricardo Lozano por el Partido Conservador. Yo, voto por Alerta.