Rafael de Brigard, Pbro. | El Nuevo Siglo
Domingo, 14 de Febrero de 2016

PROBLEMAS NACIONALES

¡Solucionen algo!

Los ciudadanos viven con el Credo en la boca”

Hay un momento en que las cosas se vuelven desesperantes para todo el mundo ante la falta de soluciones reales. Y aunque suene a queja repetida, es absolutamente inaceptable la forma como funcionan las instituciones del Estado y sus funcionarios, que parecen pasmados ante su trabajo o simplemente les falta carácter para hacer lo que tienen que hacer.

¡Solucionen el problema de Transmilenio! Bogotá no necesita parquecitos junto al río ni alamedas en los cerros. Necesita un sistema de transporte del tamaño de la ciudad, digno de personas, donde quepan todos con respeto y comodidad. Y lo necesita ya, no en el futuro lejano.

¡Solucionen lo de la salud! La gente no puede seguir en manos de una manada de ineptos que parece que lo único que les preocupa es recibir los aportes y darse la gran vida. No pueden seguir muriéndose las personas esperando una cita que termina siendo con la misma muerte.

¡Solucionen lo de la seguridad! Nuestras ciudades están en manos de los atracadores y de unos habitantes de la calle que no son ni mucho menos unos ángeles inocentes. Los ciudadanos viven con el Credo en la boca mientras deambulan por unas urbes en las cuales el mejor negocio es ser criminal. ¡Y la justicia vive en paro y cuando trabaja manda todos los hampones a la casa!

¡Solucionen lo del caos vehicular en calles y carreteras del país! Siguen haciendo vías de dos carriles como si estuviéramos en los años cincuenta del siglo pasado. Dejen de agredir tanto a los dueños de los automóviles y no les quiten las calles que ellos han pagado para circular para meter peatones y bicicletas ni les pongan más conos que no dejan fluir el tránsito.

¡Solucionen lo de la paz con más transparencia y menos discursos pues no sabemos en qué nos están metiendo! Hay que darse cuenta que ya han comenzado éxodos de personas y capitales por el miedo a lo que seremos como país con los bandidos reciclados a las puertas del poder.

Estamos llegando a una situación en que la nación colombiana está desesperando ante la ineptitud del Estado, en cabeza de sus funcionarios,  para solucionar los problemas concretos y diarios de la gente. Me pregunto una y otra vez qué será lo que hacen esos miles de empleados que todos los días entran a las oficinas del gobierno nacional y de los gobiernos locales que todo anda tan mal. ¿Harán algo más que tomar tinto?