RAFAEL DE BRIGARD, PBRO. | El Nuevo Siglo
Domingo, 2 de Febrero de 2014

La universidad de la Iglesia

 

“Es un modo de plantear la academia y de construir país”

A propósito del nombramiento del nuevo rector para la Universidad Javeriana, el padre Peláez, quien sucede al padre Sánchez, ocurre pensar por un momento en la labor que la Iglesia está haciendo en Bogotá y en el país, a través de sus universidades. En la capital,  la lista es larga e importante: Javeriana, San Buenaventura, el Rosario (¿?), Santo Tomás, La Salle, Monserrate, Fusa de los Padres Redentoristas, Agustiniana, Cervantina, Uniminuto, La Sabana en Chía y quizá, otras que no conozco. ¿Cuántos alumnos y alumnas estarán bajo la tutela académica y formativa de estas instituciones eclesiásticas? Muchísimos, y súmese a ellos el personal académico, administrativo y de servicios que allí laboran. Obras importantes y valiosas.

Tal vez no hay otra obra e institución de la Iglesia que goce de más prestigio a nivel mundial que la que desarrolla a través de la educación y que en nuestro medio ha ido girando hacia la superior, siempre con muy buena acogida de la comunidad estudiantil del país. La universidad de la Iglesia es una obra muy bien hecha, seria, con un profundo sentido social, en crecimiento constante y respetuosa como la que más de las diferencias y del transcurrir de la ciudad, no siendo nunca causa de desorden o malestar ciudadano. Como con un sello interior, la educación superior hecha por la Iglesia está marcada por un claro sentido de trascendencia y por un humanismo cristiano que la define en todos sus aspectos. Y es también esta universidad de la Iglesia una obra de alta productividad y de larga duración en el tiempo, como lo prueban los más venerados claustros del Rosario, la Javeriana, la Santo Tomás, etc.

El trabajo de la universidad de inspiración católica, tal como se da hoy en Colombia, es un buen ejemplo de cómo sectores diferentes al estatal pueden y deben contribuir al avance de la nación, con sus idearios y medios. Y de este modo suman también a lo que realiza el Estado y hacen que el panorama sea realmente plural, en contravía de quienes sueñan con el mundo monocromático, donde el Estado sea todo, o que el libre mercado sea todo. Dios nos libre de aquellas ideas y las personas que las pregonan donde no hay sino una razón para todo y para todos. La universidad de la Iglesia es un modo de plantear la academia y de construir país y que brilla en medio de otros modelos de educación superior importantes con los cuales se trabaja armónicamente. Al Padre Peláez, buen viento y buena mar al frente de una gran nave como lo es la Javeriana.