El empleo en EE.UU.
En Estados Unidos la economía es frente prioritario para el Gobierno. La gente allá lo considera pilar fundamental. En verdad es así. El crecimiento es clave en la lucha contra el desempleo. El año pasado se registró la tasa de desocupación más baja en cuatro años, con un promedio de 8,1 por ciento.
Se puede decir que han avanzado ya que hace un lustro lo que predominaba era la pérdida mensual de muchos miles de puestos de trabajo, y hoy se están obteniendo. El año pasado fueron 1,84 millones ganados. Son dos años seguidos de generación de plazas de empleo. Además de lo que ha logrado la empresa privada durante 34 meses en los que se ha visto crecimiento.
Sin embargo, si se tiene en cuenta que se trata de un país inmenso con 300 millones de habitantes y en tiempos no tan lejanos, un emporio de trabajo para su gente y los millones de inmigrantes de todos los puntos del planeta que llegaban en búsqueda de un mejor porvenir el ‘sueño americano’, los progresos son lentos y moderados.
La recesión ha golpeado fuerte a la primera economía del planeta. El esfuerzo que debe hacer para recuperar más de ocho millones de empleos perdidos durante la crisis económica más larga en muchas décadas es grande. Quizá desde tiempos de la Gran Depresión los estadounidenses no soportaban una situación más dura. No obstante, dadas las capacidades de esa nación para superar dificultades, seguramente la tendencia positiva continuará. Claro que factor determinante es que se logren acuerdos entre el Congreso y el Ejecutivo en la cuestión fiscal que debe solucionarse de manera concreta y contundente. Es condición clave que consolida la confianza orbital en la fortaleza de los Estados Unidos.
Es evidente que lo que ocurra en la primera potencia del mundo y más si se trata de sus finanzas, inmediatamente repercute en el resto del mundo. En todos los países están pendiente del desarrollo de la economía estadounidense. China, el gigante asiático, que produce todo lo imaginable de manera masiva, también depende de que a EE.UU. le vaya bien. Por fortuna, las proyecciones para este año en el país del Norte son favorables. Aunque la recuperación no vaya tan rápido, lo importante es que sea sostenida, como ha venido dándose en el último lustro. En ese empeño, la industria, el comercio, el sector financiero y los grandes inversionistas están llamados a aportar para que más pronto que tarde quede atrás la crisis y la nación norteamericana retome el ritmo incontenible de progreso y empleo masivo.