¿Las Bacrim en Bogotá?
Muy preocupantes resultan las crecientes denuncias en torno de que las llamadas “bandas criminales emergentes al servicio del narcotráfico” (Bacrim) estarían detrás de las asonadas que se presentaron en algunos sectores de Bogotá la semana pasada, en el marco de las protestas relacionadas con el paro agrario.
No es un riesgo menor. Estas bandas han puesto en jaque la seguridad de varias capitales departamentales e importantes municipios en todo el país, al punto de haber instigado un paro regional en la Costa el año pasado, tras el abatimiento de uno de sus cabecillas. También se han presentado múltiples asesinatos y masacres por ajustes de cuentas y ‘guerras territoriales’ entre estos grupos…
Por lo mismo, el hecho de que estén ampliando su espectro delincuencial a la capital del país debería llevar a generar un plan de choque para hacerles frente. No se entiende por qué el Concejo Distrital, la cúpula militar y policial así como la propia Administración y los gremios privados de la ciudad no han convocado a un gran debate alrededor de un tema tan delicado como éste. No hay que olvidar que las Bacrim han sido relacionadas en otras ciudades del país como las principales organizaciones detrás del manejo del microtráfico, la extorsión a pequeña y gran escala, el control de redes de prostitución, robo de vehículos y teléfonos celulares… No son pocos los municipios y capitales en donde los índices de victimización ciudadana están disparados, sobre todo en los llamados delitos de alto impacto.
La tesis de algunos expertos acerca de que las Bacrim no están operando como tal en la ciudad, sino que sólo concretan alianzas con organizaciones criminales locales y ‘reclutan’ pandillas en las zonas con mayores índices de inseguridad en la capital del país, no alcanza para disminuir el nivel de alerta en que debería estar puesta Bogotá.
Sería recomendable que una vez baje toda la tensión, que persiste aún por los coletazos de los paros y desórdenes de la semana pasada, se convocara en la ciudad un Consejo de Seguridad al más alto nivel, encabezado tanto por el Presidente de la República como por el Alcalde Mayor, con la asistencia del alto mando castrense y policial, con el fin de definir las bases de un plan focalizado y de choque que, con una destinación exclusiva de recursos humanos, técnicos, de Inteligencia y equipamiento suficiente, se active en los barrios y localidades en donde las Bacrim han asomado, ya sea de manera directa o indirecta. No se puede dejar progresar la incursión de estas bandas, pues cada día que pase sin una respuesta efectiva de las autoridades, el peligro será mayor y el desmonte de las redes delincuenciales más difícil.